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Maratón 1/3.

—Las cosas cambiaron Annie—susurro la azabache—En tan solo un mes, las cosas cambiaron.

—Lo dices por la relación, de Levi con esa chica.

—Si, se que algo tienen. Pero Levi no me quiere decir la verdad—escondió su rostro en sus piernas—La presentación es mañana, dudo en participar.

—¿Mikasa, tu estás enamorada de él?.

La pregunta de la rubia resonó en su cabeza, ya no lo podía negar sus sentimientos crecían de una manera muy rápida la cual ella no podía detener, su corazón le pedía a gritos que dejara volar esos sentimientos los cuales, estuvieron guardados por años.

Todo este tiempo pensó que nada más era su imaginación, pero no. Esa admiración, esas ganas de estar con el, de luchar con el y sus miedos, no era su imaginación. Siempre hubo este sentimiento de por medio, siempre supo que había algo en ella cuando estaba junto a el, y siempre pensó que algo estaba mal ella. Pero ahora todo tomaba sentido.

No lo ocultaria más, no sé mentiría más, y aunque sabía que el aceptar eso implicaba más dolor, poco le importa. Ya no quiere callar, ya no quiere ocultar sus sentimientos. Esta dispuesta a dejar que ese sentimiento siga fluyendo, aceptaría que se había enamorado de esa persona tan especial en su vida, de esa persona que la cuidó y protegió todo este tiempo.

Se había enamorado de Levi Akerman.

Su príncipe.

—¿Mikasa?.

—Si Annie, éstoy estúpidamente enamorada de él.

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El azabache suspiró entrando a su oficina, estaba cansado tenía muchas cosas en que pensar y lo que más el hecho de no poder entender, el comportamiento de la azabache. Desde esa noche las cosas empioraron, ahora viaja en el auto bus para enviar que el la lleve, ya no desayunaban juntos, llegaba a casa más tarde y solo se encerraba en su habitación.

Ya no la miraba, los fines de semana se convertieron en días apagados para el y soportar a la chica de cabellos miel. Desde esa noche ella no se quiso ir de su lado, pero el no la necesita a ella. Necesita a esa pequeña niña de la cual está enamorado. No le gusta que Mikasa piense que el tiene algún tipo de relación con esa chica, pero le es difícil explicarle cuando ella se aleja cada vez más de el.

Le duele, claro que le duele. Se ha preguntado muchas veces que fue lo que cambio, porque ahora ella se aleja de el cuando le dijo que el no lo hiciera, ¿había fallado en algo?, ¿No era feliz?. Las cosas se le habían salido de control, todo se había convertido en una mierda, no hallaba salida alguna, solo una vez le había pasado pero la única diferencia, es que en ese momento ella estaba para apoyarlo, Pero ahora estaba solo.

¿Cómo saldría sin ella?.

La puerta de su oficina fue abierta, suspiro al ver quién había entrado. Lo menos que quería ahora era estar con ella, necesitaba estar solo. Suspiro.

—¿Capitán, saldremos hoy?—pregunto con una sonrisa. El azabache suspiro.

—Lo siento Petra, está vez no podré llevarte a mi casa. Necesito hablar con Mikasa—explico en un susurro.

—¿Podrías dejar de pensar en ella?—el azabache frunció el seño—Olvídate de ella, me tienes a mi. Deja que ella se vaya.

—Deja de ser tan hipócrita—escupió en tono seco—Ahora si me haces el favor, vete tengo que trabajar.

—¡Así es como agrades, el que me haya quedado a tu lado!—grito histérica.

—Petra en ningún momento, te obligue a quedarte conmigo.

—¡Ahh, te odió!.

Dicho eso salió hecha una furia con destino hacia la casa del azabache. Se vengaria de esa mocosa, ella no se quedaría con el.

Levi le pertenece.



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Mikasa suspiró bajando del horrible bus escolar, se encaminó hacia la puerta de su casa y la abrió. Pero al momento de hacerlo, se encontró con la chica de sus pesadillas, pero su corazón dolió más al darse cuenta de que traía puesto la camisa del azabache y que su cabello se encontraba desordenado. Su peor pesadilla se hizo realidad.

—Ohh Mikasa—le sonrió—Me acabo levantar—bostezo—¿Quieres que le diga a Levi, que ya veniste?.

—No—contesto en tono seco. Estaba dispuesta a subir las escaleras pero fue detenida por la chica. Suspiro.

—Mikasa quería hablar contigo—sonrio—Sabes las cosas con Levi van encerio, y como toda pareja tenemos deseos de casarnos y tener nuestra propia familia—Mikasa abrió sus ojos—Por lo que yo sé, tu no tienes ningún lado con el, así que básicamente solo éstas aquí por qué el te tiene lastima. Pensaba no se, cómo estás apunto de cumplir la mayoría de edad, pensaba que tal vez era hora de que te fueras.

Mikasa abrió sus ojos mientras mordía su labio para evitar soltar algunas lágrimas, sin pensarlo subió las escaleras dejando a la chica con una sonrisa.

Al entrar a su habitación se dejó caer mientras lágrimas caían por su rostro, sabía que este día llegaría, el encontraría alguien para estar toda la vida con esa persona y ella se tendría que ir. Ella no era nada del azabache más que solo una simple amiga, el simplemente cumplió en lo que le dijo su madre, y eso ya no era válido en estos momentos, ese lapso de tiempo ya había acabado. Era hora de que ambos tomarán caminos diferentes, era hora de que ambos fueron felices por su propio lado. 

Era hora de decir adiós.

Y está vez para siempre.

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¿Tu Me Amas? (Levi y Mikasa). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora