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Su mundo se vino abajo, verla tirada sin poder hacer nada, fue lo que mas le dolió. Ella era tan solo una niña no tenía porqué experimentar lo que era mundo, ella no merecía sufrir de la misma manera en la que el había sufrido. Ella merecía ser felíz, ella merecía encontrar la felicidad. Que tal vez con el, nunca encontró, le había mentido, le había fallado. Nisiquiera la había podido proteger.

¿Cómo lo haría en un futuro?.

Ella no merecía estar con el, el no la merecía. Pero sin embargo ella seguía hay, había ido por el, dió su vida por el. ¿Cómo le podía pagar?, No había manera, no podía quedarse a su lado. Ella merecía a alguien que fuera mejor que el, que no le mintiera, muchos menos que la hiciera llorar.

El era una mierda, y no merecía a alguien tan hermoso como esa azabache. Estaba listo para dejarla ir, para soltarla y dejar que ella hiciera su vida, lejos de el. Ella merecía ser felíz, y  si ella lo era el también. Aunque eso implicara, alejarse de ella.

La amaba no podía negarlo, pero ese amor no era un amor sano, le había hecho mucho daño, le había fallado y eso era lo que el menos se perdonaría. Por esa razón tendría que alejarse de ella, tendría soltarla con tal de que ella fuera feliz. Porque el nunca lo logro.

Y aunque la amara demasiado.

Prefiere, que ella sea felíz.

Aunque no sea a su lado.

—¿Estás bien?—escucho la voz del rubio. Levanto la mirada.

—No—suspiro, mientras le daba un sorbo a su café—¿Oye Erwuin, quien es ese mocoso, que llora en los brazos de Hanjí?—pregunto viendo, al castaño.

—Ahh, el es Thiago el amigo de Mikasa—suspiro.

—Ahh, ¿Y son solo amigos?—pregunto tratando de sonar lo más relajo posible, aunque por dentro se estuviera muriendo de celos.

—Si—soltó una carcajada—Tramquilo, Mikasa te ama.

¿Ella lo amaba?.

No era que dudaba de eso, Pero ahora todo era un lío en su cabeza. Volverá a haber luego de tanto tiempo, solo ocasiono que su corazón volviera a latir y con más fuerza. Las ganas de volverla a tener entre sus brazos, lo mataban, las ganas de volver a probar esos hermosos labios lo mataban. De verdad estaba enamorado de esa pequeña mocosa.

—¡Familiares de Mikasa, Akerman!—pregunto el doctor, el azabache sin pensarlo dos veces se levantó y llegó hasta donde el estaba.

—Somos nosotros—contesto la castaña—¿Cómo está?.

—La joven, se encuentra estable. Logramos parar la hemorragia, y la operación fue todo un éxito. Ahora misma se encuentra descansado. ¿Alguien desea pasar a verla?.

—Yo—hablo el azabache.

—Okey sígame.

Siguió al doctor que camino por un largo pasillo, hasta llegar a una pequeña puerta. Le ordenó que no hiciera mucho ruido, y que cuando ella despertara le avisará, el azabache aceptó.

Al momento de entrar, la vio. Su pequeño cuerpo tendido en esa gran cama, y con muchos aparatos a su alrededor, hacían que su corazón doliera. Suspiro y camino hacia ella, tomando asiento a su lado, con miedo tomo su mano y depósito un pequeño beso mientras lágrimas salían sin cesar.

Seguía igual que hermosa, ante sus ojos. Su pequeño cuerpo seguía igual, se había dejado crecer el pelo lo cual la volvía mucho más hermosa, no cabe duda que el cada día que pasaba se enamorada más de ella. Ella era la pequeña estrella que iluminaba su galaxia, era su granito de arena, era más que una niña pequeña en su vida.

¿Tu Me Amas? (Levi y Mikasa). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora