Nuestros labios se rozaban, nuestras respiraciones entrecortadas. Fuego puro recorriendo mi cuerpo, hasta que nuestros labios se conectaron. Mis piernas temblaron ante la fogosidad del beso, nuestros labios moviéndose en un vaivén sincronizado, lleno de sentimiento.
Con mis manos acaricio su pecho desnudo, sus manos acarician mi espalda. La luz de la luna se cuela por la ventana, iluminando nuestra habitación.
Sin pudor alguno me subo ahorcadas de Carl, y me acerco a sus labios nuevamente. Sus manos viajan a mi trasero y aprieta mis nalgas de forma excitante. Me agarro de sus hombros y comienzo a balancearse sobre él, creado fricción entre nuestras partes a pesar de la ropa.
Gimo y él también lo hace, no sé si alguien nos este escuchando, pero no me importa, solo me importa el chico del que estoy encima de él apunto de tener sexo...no, apunto de hacer el amor, porque lo amo y él me ama, de eso estoy segura.
Sus manos se cuelan bajo la camisa que traigo puesta, que resulta ser una de Carl. No traigo puesto sujetador, dándole libre acceso a mis pechos.
Sus manos soban mis pechos, mis pezones, mientras mi cuerpo se estremece en miles de sensaciones placenteras y de éxtasis. Me saco su camisa de mi cuerpo y la lanzo largo de la cama, quedándome solo en bragas, él está solo en bóxer, ambos solo con una prenda que no tardan en desaparecer. Llevo mis manos a su miembro y lo acaricio, mis manos bajan y suben por su falo erecto, mientras siento como se estremece ante mi caricia.
Lo miro a su único ojo, antes de alzarme un poco y acomodar su miembro en mi entrada, para después descender, llenándome de él para comenzarme a balancearme sobre su masculinidad. Sus manos en mi cadera me ayudan a moverme sobre él, en un frenético vaivén.
Nuestras respiraciones agitadas se escuchan por toda la habitación, al igual que pequeños gemidos que se nos escapan.
El placer que siento nubla mi mente, mientras mi cuerpo arde en cientos de sensaciones placenteras que me hacen estremecer y que disfruto junto al chico que amo.
Ambos terminamos exhaustos, con la respiración agitada por lo que acabamos de compartir.
Le observo, la luz que se cuela por la ventana es suficiente para verle perfectamente. Es tan guapo, lo adoro, él es una de las mejores personas que he conocido.
A mi mente viene todo lo que hemos vivido, la vez en que encontré el grupo y Carl no confiaba en mí, cuando nos perdimos, cuando encontramos al grupo, cuando me apoyo tras descubrir que Daryl era mi padre, cuando le enseñé a lanzar cuchillos, cuando me pidió que fuera su novia, nuestro primer beso, la llegada a Alexandría, nuestra primera vez juntos, muchos recuerdos además de esos llenan mi mente.
-¿En qué piensas Sam? - lo escucho preguntarme con voz ronca.
Me acerco a su rostro y beso suavemente sus labios, para luego apoyar mi cabeza en su pecho, de modo que ambos podamos hacer contacto visual.
-En todo lo que hemos vivido, desde que nos conocimos. - confieso en un susurro. - Siento que si en verdad quieres esto, el irnos de Alexandría solo los dos por nuestra cuenta, podría funcionar, siempre y cuando estemos juntos.
Carl quiere que nos vayamos de Alexandría, que busquemos nuestro propio camino solo nosotros dos. Que nos alejemos de la guerra contra los Salvadores, él no quiere ser parte de ella y puedo entenderlo, mi deber es apoyarlo.
Aunque deseo ser parte de la lucha contra los Salvadores para vengar la muerte de Glenn y Abraham, así como de los otros que han muerto por culpa de Negan, por ejemplo Sasha, además de hacer a Negan pagar por habernos tomado prisioneros a mi padre y a mí, haberse burlado de Carl y hacerlo cantar una canción para su estúpido bate, Lucille. Por haber tratado matar a Carl hace pocos días, y por como ha tratado a Sherry y a Dwigth, pero mi lugar está con Carl, y si él ya no quiere permanecer aquí, yo lo acompañaré a donde sea.
ESTÁS LEYENDO
Lucha Incansable(LCDH2)
FanfictionDesde la aparición de Negan nuestro grupo a sufrido mucho. Mi relación con Samanta, la hija Daryl se ha visto complicada debido a que Negan se la a llevado como rehén al igual que su padre Daryl Dixon. La distancia es dolorosa al igual que la incert...