Capítulo 25

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Jadis (como es que se llama la líder de la chatarrera) y su gente ya están en Alexandría, preparados para lo que acontecerá hoy. A muy tempranas horas ya se puede contemplar el ajetreo de las personas, que apresurados andan de aquí para allá. En el ambiente se puede distinguir ansiedad, incertidumbre, tensión, preocupación, miedo, al igual que determinación y valentía. Todo está preparado para cuando llegue Negan, cada quien sabe cual es su puesto, todos estamos armados ya, no sabemos en qué instante Negan aparecerá, por eso estamos alerta en todo momento.

A lo lejos veo a mi padre hablando con Beth, entiendo la preocupación de mi padre y la comprendo. Si Sam estuviera aquí, estaría muerto del miedo, no por mi vida, sino por la de ella.

No sé qué sería de mí si la perdiera.

Poco a poco comienzo a sentirme presionado con la situación. Puedo sentir la mirada de aquellas personas ajenas a mi comunidad, sobre mí, generando me cierta incomodidad.

Ahora que veo estas personas por primera vez, mientras camino por el pueblo, siento cierto aire de malicia envolviéndolos, sus miradas no me transmiten confianza en absoluto, haciéndome sentir un poco inquieto.

Abrumado por esta nueva sensación, comienzo a sentirme intranquilo con todas estas personas en la comunidad, mientras la desconfianza hacia estos desconocidos crece y crece.

Busco a mi papá para comentarle la desconfianza que comienzo a sentir hacia esta gente, y la sensación de intranquilidad que me transmiten, hasta que lo localizo al lado de la tal Jadis, hablando seriamente de la trampa que le tenderán a Negan.

Mire donde mire, hay una de estas personas expeccionando el lugar, el brillo en sus ojos no es nada halagüeño, como el prestigio de algún mal.

Es entonces que comienzo a cuestionarme si hicimos bien en confiar en esta gente. No sé si será infundada la paranoia que comienzo a sentir a cerca de estas personas. El caso es que no confío en lo más mínimo en ellos.

El resto del rato, me la paso caminando por el pueblo, vigilando a estas personas con disimulo. Sus miradas vaya donde vaya me siguen, acosandome con ellas. Pero no es sólo a mí, si no a cada integrante de este pueblo.

Trato de acercarme varias veces a mi padre, pero siempre está cerca de esa mujer, Jadis, quien es de todos, la que más desconfianza me da, por su mirada vacía y carente de sentimiento alguno. Así que no tengo oportunidad de hablar con mi padre.

A quién si puedo ver sola en un momento dado, es a Beth, no dudo en acercarme a ella.

-Beth. - la llamo con tono intranquilo.

Ella se acerca un poco a mí, ha distinguido que trato de no hablar muy alto y sabe que algo me mortifica.

-¿Qué pasa, Carl? - me pregunta.

Inspecciono el alrededor para ver si no hay alguno de los hombres de Jadis cerca, no lo hay, o al menos no tanto, de igual forma, modero mi tono de voz para que nadie escuche.

-Tengo un mal presentimiento Beth. - confieso mi preocupación. - No confíes en esta gente, Beth. Mantente lejos de ellos en todo momento.

Le recomiendo, notando que uno de ellos se acerca a nosotros.

-¿Qué? ¿Por qué?. - pregunta Beth, frunciendo el ceño.

El hombre llega hasta detenerse cerca de nosotros sin dirigirnos la mirada.

-Confía en mí. - le digo mirando al hombre con seriedad, si cree que me puede intimidar con ese porte de tipo malo mientras se mantiene erguido, está muy equivocado.

Beth capta lo que digo y pronto veo la desconfianza brillar en sus ojos azules.

-Iré a ver a Tara, creo que me buscaba. - dice y sé que es una excusa para alejarse del tipo. Asiento imperceptiblemente y ella se aleja.

Lucha Incansable(LCDH2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora