5.- El callejón del pasado

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Drake dudó unos segundos al escuchar esa voz que le aceleraba el corazón como si fuera en una montaña rusa. 

—¿Cómo estás? ¿Hablaste con Magaly?

—Hola. Estoy bien. Sí, me dijo que le contaste todo... terminó cacheteándome. —Rio nervioso—. Bien... ¿Ya me dirás qué significó eso?

Todos los amigos de Drake escuchaban, ya que lo había puesto en altavoz. Todos gritaban "No caigas en la homosexualidad" mientras se escuchaba a lo lejos el grito de Aurelio "¡Hazlo, ricitos de oro!". 

—Sí, dame un segundo, hay mucho ruido aquí... —Se alejó del grupo de amigos—. Bueno... Magaly y yo, estábamos "ligando", pero ahora estoy muy confundido. Ese beso sacudió todas las bases de Drake.

—Bien... —Alex pasó grueso, intentando controlar sus nervios—. Magaly es mi mejor amiga y no quiero lastimarla. Si estaban ligando... —Suspiró.

—Yo tampoco quería lastimarla, por eso hablé con ella: para explicarle la encrucijada en la que me encuentro... Entiendo si solo fue un error. —Suspiró sudado frío mientras veía su mano temblorosa.

Todos estaban asustados al ver por primera vez a su amigo temer.

—No, no fue un error. Gracias por explicarle a Magaly. —Alex se mordió los labios—. Todo bien. Escucha... los domingos practico esgrima, y me pregunto si te gustaría acompañarme...

Drake tragó saliva y tembló como un adolescente.

—Sí, yo encantado; solo dime en dónde y a qué hora.

Todos ven a Aurelio aplaudiendo como si el hombre acabara de llegar a la luna.

Alexander se quedó pensativo.

 —Es... mayo.... olvídalo, es mañana, si quieres nos vamos juntos desde la escuela, tengo que ir por unos papeles. Tú tienes clase ¿no?

—Sí, tengo clase. —Asintió, ignorando como Francisco estaba por matarlo a gritos. —Te espero en los casilleros. —Todos detuvieron al castaño antes de que cometiera una locura.

—Vale, nos vemos mañana. Que descanses. —Alexander colgó y dio un suspiro aliviado antes de ir con Samantha.

La pelirroja hablaba con Magaly mientras brindaban. —Por los hombres; que solo saben hacernos miserables —dijo Samantha, dolida. Ambas se giraron al ver al peliplatinado y Magaly lo interrogó de inmediato. 

—¿Con quién hablabas que no quisiste dejarte oír?

—Con Drake... —El peliplatinado se sentó a su lado—. Vamos Magaly, tú nunca has tenido un hombre. —Le sonrió travieso—. Somos un par de santos y no dejaremos que esto arruine nuestra amistad ¿o sí? —Se paró y la abrazó por la espalda para darle un beso en la coronilla.

Samantha negó incrédula. 

—Eres tan ardiente como el infierno. Debes tener amantes en cada barrio, Alexander. No te hagas.

—Eso no significa que yo les haga caso a todos. —Le guiñó el ojo a la pelirroja. —El amor es algo importante... Si te dijera que hoy mismo di mi primer beso... a los veintidós años...

—Uy ¿Quién fue la afortunada? —Ambas chicas lo vieron con curiosidad.

Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, se escuchaban los gritos de los amigos borrachos que corrían detrás de Drake para presionarlo para que hablara, ya que no quiso contar ni una sola cosa.

Alexander se sonrojó.

— Bueno... diría que hoy... mmmm... Drake, Samantha y Magaly —dijo pensativo como si ellas no estuvieran ahí. Las miró de reojo y sonrió inocente.

Let's Forget Our DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora