—Estás loco.
—Tú quieres saber más de ella y esta es la única manera, ¿o caso tienes otra idea? —me miró con la ceja alzada, dejando de lado el abrir la puerta del edificio de profesores.
No sé cómo deje que me convenciera de hacer esto.
Les explico: después de haberle contado a Nico sobre quien era Eleanor y mi plan de buscar su perdón, él aceptó gustoso a ayudarme.
El único problema era que prácticamente no sabíamos nada de ella, así que a mi querido amigo se le ocurrió la grandiosa idea de infiltrarnos en el edificio de los profesores justo en la madrugada, para buscar el expediente de Eleanor.
Me sentía como en una película de espías, era pasada la una de la mañana y estábamos completamente vestidos de negro.
—Continúa intentando abrirla antes de que alguien nos descubra.
Nico puso los ojos de blanco pero siguió en lo suyo, es decir, tratando de abrir la puerta trasera del edificio.
Estábamos a mitad de semana y no había vuelto a cruzar palabra con Eleanor, de hecho no la había visto ni una sola vez. Estuve esperando incluso verla pasar por donde chocamos pero nunca apareció, supuse que había cambiado de rumbo solo para evitarme, en el fondo me parecía algo inmaduro pero sabía que tenía sus razones.
Entonces se escuchó un clic y supe que Nico había logrado abrir la puerta.
—Listo. Entramos.
Eran pocas las veces que había venido a este lugar, las únicas ocasiones fueron cuando me inscribí y venia por mis horarios, en total calculaba que no he estado aquí menos de cinco veces.
Nico y yo nos adentramos en silencio al edificio, el primer piso estaba dividido en distintos despachos, todos con un escritorio por afuera, suponía que era ahí donde trabajaban las secretarias de cada maestro.
Nos ocultábamos con los muebles y las paredes escondiéndonos de los únicos dos guardias que visualizamos en el primer piso. Entonces, después de escondernos decenas de veces, y analizar un poco su forma de cuidar –la cual no era muy buena– por fin llegamos al tercer piso.
Resulto siendo un pasillo demasiado largo, en el cual había distintas puertas. Y justo detrás de esas puertas, estaban los archiveros con los expedientes de todos los estudiantes en la universidad.
—Muy bien... ¿y ahora?
Le di un golpe detrás de la cabeza por su pregunta.
—Comenzamos a buscar genio.
—Pero existen miles de expedientes en esta universidad, además de seguro tendrán los de años anteriores —me dijo mientras se sobaba la cabeza.
—Sí pero por eso buscaremos en los de Psicología.
—¿Cómo sabes que estudia Psicología? —cuestiona—. Que yo la haya conocido cerca de ahí no significa que estudie en esa facultad. De hecho, si quiera estamos seguros de que estudie aquí.
Volví a golpearlo en la cabeza y se quejó con fuerza.
—Siempre quiso estudiar Psicología y es obvio que estudia aquí. —aclaro—. Sino ¿qué hace en este campus?
—No lo sé, quizás por eso nunca la habías visto hasta ahora, quizás no estudia en el campus, quizás solo vino a ver a algún amigo o novio...
Su comentario quedo interrumpido por el tercer golpe que le daba.
—¡Mierda, Blake! Deja de hacer eso —se sobo la zona del golpe a la vez que me lanzaba una mirada de muerte.
—Y tú no grites, que los guardias podrían escuchar.
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Segunda Oportunidad (TERMINADA)
General Fiction"Ambos se conocieron en el peor momento de sus vidas pero fue solo por eso que encontraron un soporte el uno en el otro desde ese instante". La vida nos tiene muchas sorpresas, quizás alguna vez nos hemos preguntado exactamente eso: ¿Qué sorpresas h...