20 | ELEANOR ✔

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La cólera invadió de un momento a otro la mirada de Blake.

«Anda Ellie, no te comportes como una perra.»

Esas malditas palabras dichas por Bruno se repetían una y otra vez en mi cabeza, como un eco sin fin.

Mantuve mi vista fija en Blake, no la aparte, quería ver su reacción.

Desde el principio no planeaba contarle esa parte, así como tampoco planeo decirle quien es la persona que había provocado el desastre de hoy.

Respecto a lo primero, simplemente no pude evitarlo.

Sentía que tenía que decirlo, que tenía que decírselo para desahogarme como muchas veces lo hice en el pasado, y para que él después me abrazara en un acción para que no siguiera llorando.

En el fondo, pues no lo admitiría en voz alta, anhelaba eso. Y por solo pensarlo quería golpearme.

Blake hace mucho que salió de mi vida y exactamente por la misma razón que golpee a Bruno. Él también me había llamado perra hace cinco años.

A través del tiempo en que mi padre seguía conmigo y mi madre, me acostumbre a sus insultos, a que me llamara de forma desdeñosa, a que me llamara perra.

Tantos años que me llamó de esa y de mil formas distintas, y ya tantos años sin oír ninguna de ellas... pero ni aunque pasen veinte mil años más, mi corazón dejara de hacerse pequeño con aquel insulto que mi progenitor volvió la peor palabra en el mundo para mí. Esa palabra... era como mi kryptonita.

Y cuando Blake utilizo esa maldita palabra... fue como si mi corazón se hubiera hecho trizas con un simple chasquido porque la persona que más me importaba en la vida, se había convertido en alguien igual que mi padre.

Aquel chico que me abrazaba cuando lloraba y que se empeñaba en hacerme reír en mis malos momentos, se convirtió en la persona que más daño podía ocasionarme con sus palabras, con su indiferencia, con sus acciones...

Blake era todo para mí, absolutamente todo, y dejo serlo de un momento para otro.

Ni siquiera me di cuenta que las lágrimas habían escapado de mis ojos hasta que sentí el sabor salado en mis labios. Agache la cabeza y con mi mano sana las removí de mis mejillas; una vez calmada, miré a Blake.

Mantenía la vista en mí, no había pronunciado ni una sola palabra pero al fin de cuentas no era necesario, con solo verlo a los ojos sabía que pensaba.

Quería acercarse a mí y abrazarme de la misma manera que lo hizo por años, así como también quería que le dijera el nombre del causante de todo esto; pero sobre todo, veía la culpa en su mirada.

Él tiene la conciencia de que hace 5 años, me había llamado de la misma manera que Bruno. Y varias veces me ha dejado en claro que está arrepentido, lástima que eso no borra que lo haya dicho.

Aparte la mirada y la coloque en Nico, quien soltaba pequeños jadeos con cada respiración. Jamás terminaría de agradecerle lo que había hecho por mí, siempre le estaría en deuda, era lo mínimo que podía hacer por él.

—Eleanor.

Un susurro, uno débil pero lo suficiente claro para oírlo. Regrese mi vista a él pero aunque de igual forma tuviera sus ojos en mí, parecía perdido.

—No sabes cuánto lo siento. —estuve a punto de interrumpirlo pero mis palabras se quedaron en mi garganta en el momento que sus ojos se llenaron de lágrimas y sin penas, las dejo salir—. Sé que fui un idiota hace cinco años y que no merezco nada de ti, no merezco tu perdón.

Segunda Oportunidad (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora