—Así que aquí es donde trabajas —asiente Nico, observando el pequeño escritorio de Eleanor.
—Exacto. Deja ahí —regaña cuando ve que comienza a toquetear unas carpetas.
No prestaba mucha atención a su conversación pues mi cabeza estaba centrada en otras cosas.
De hecho, desde que salimos del departamento no he hablado con nada más que no fueran monosílabas cuando alguno pedía mi opinión.
—¿Blake? —no quería verla pero no pude evitarlo más cuando sentí como enroscaba sus dedos alrededor de mi brazo—. ¿Estás bien?
La mire fijamente, y la imagen de ella arrinconada en la pared de ladrillos me hizo ver todo rojo, intente disimular lo mejor que podía mirando hacia otro lado.
—Sí.
En su mirada notaba que no me creía, pero al menos, lo dejó pasar.
—¿Y cuantos años tienes trabajando aquí?
—Casi 2 años. —noto una cierta nostalgia en su voz—. Exactamente la próxima semana.
—Vaya... otra cosa que tiene en común Blake y tú. Les gusta trabajar.
—No se trata de si nos gusta o no...
—Si no de la necesidad que presentábamos. —concluyo.
—Genial. —susurra— Ahora terminarán la frase del otro.
Eleanor ríe, y me mira esperando que me una a ella, pero solo soy capaz de darle una pequeña sonrisa, la cual era totalmente falsa.
—Vaya, que sorpresa verlos por aquí. —me abstengo de poner los ojos en blanco al oírlo.
Daniel se notaba que no era una mala persona, pero algo simplemente no me agradaba de él. Lo sentía demasiado "perfecto".
—Oh, hola Dany. No pensé que llegarías tan temprano.
—Y yo no pensé que me encontraría con tantas personas de visita en nuestro escritorio.
Nico y yo nos miramos al notar esa –para nada– entonación en la palabra «nuestro».
No se que me dio al ver como le rodeaba el cuello con el brazo en una muestra de afecto, la cual no duró más de un segundo cuando Eleanor se separa con una ligera mueca.
Fue automática mi acción de tomarla del brazo y acercarla a mí para ver esas casi ocultas marcas en su cuello por el maquillaje. Eran verdaderamente notarias sin él, y Eleanor había optado por intentar cubrirlas un poco.
Eleanor me miraba asustada porque sabía que estaba sensible a alterarme con cualquier minúscula situación. Pero claro, su amiguito no podría entender algo que solo comprendíamos nosotros tres, porque sí, hasta Nico lo comprendía.
—¿Qué fue lo que te hizo? —exclama, tomando a Eleanor y alejandola de mí.
«¿En serio había hecho eso?»
—¿Qué? —Eleanor sacudió su brazo para soltarse y ponerse en medio de los dos—. ¿De qué estás hablando?
—No tengas miedo Eleanor. Puedo ayudarte.
—El que va a ayudarte voy a hacer yo al ubicarte.
Solo doy un paso hacia él cuando Elle pone su mano abierta contra mi pecho.
—No des un paso más. —ordena y yo obedezco recuperando mi cordura, pero me quito su mano del pecho. Que me tocara esta vez no ayudaba.
Fue en vano su intento de ocultar su dolor por mi evitativa a su tacto.
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Segunda Oportunidad (TERMINADA)
Narrativa generale"Ambos se conocieron en el peor momento de sus vidas pero fue solo por eso que encontraron un soporte el uno en el otro desde ese instante". La vida nos tiene muchas sorpresas, quizás alguna vez nos hemos preguntado exactamente eso: ¿Qué sorpresas h...