37 | BLAKE ✔

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—El imbécil tuvo suerte de que no le partiera la cabeza contra el concreto.

—Blake —Eleanor me riñe con la mirada—. No me gusta que te expreses de ese modo.

—¿Y cómo quieres que reaccione después de...? —me paso una mano por el cabello, ofuscado.

Ayer ninguno tenía la estabilidad para tener esta conversación, pero hoy, ya no había excusas.

—No te estoy diciendo que tu reacción sea anormal o poco justa. Lo único que te digo es que no me gusta que te expreses así, es como si...

Cuando la vi a los ojos supe a qué se refería.

—Lo siento —me separé de la pared dando unos pasos hacia ella—. No debí haberlo dicho así pero estoy tan... furioso.

—Ya pasó. —se encoge de hombros, restándole importancia.

—No, Eleanor. —hablo con autoridad—. No quieras dejarlo así. Esto no puede quedar impune, debemos hacer algo. Ese imbécil te estaba ahorcando, si Nico y yo no hubiéramos estado cerca quizá ahora tú...

Mis palabras se ahogaron y parpadeo más rápido para alejar el leve escozor.

»Bruno es un peligro para las chicas de la universidad. Qué nos dice que no haya abusado antes de su fuerza contra otras chicas como lo hizo contigo anoche.

Su cuerpo se estremece un poco y evita mi mirada.

—¿Cómo fue que llegaron ahí? —preguntó.

—Me preocupé porque habías tardado más de lo usual, me preocupé más aún porque no respondías el teléfono y fuimos al primer lugar en el que pensamos que estarías.

—Eso lo entiendo pero... —tomó una respiración antes de continuar— Estábamos alejados del sendero ¿cómo fue que ustedes me encontraron?

—Es extraño de explicar —vacile por unos segundos—. Sonará incoherente pero algo me incitó a ir para esa zona una vez no te encontramos adentro. No sé explicarlo o si suena lógico pero así lo sentí. —una duda me atacó—. ¿Qué hacías a solas con él?

—No estaba a solas con él —se apresuró a contestar, note un ligero tono de indignación—. Al menos no a propósito. Yo jamás estaría a solas con Bruno.

—¿Entonces?

—Yo estaba ahí, me sentía mal por... ya sabes, tu pelea afuera del bar —mire mis nudillos ante la mención— Además de por otras cosas, así que no lo pensé demasiado y camine ahí, quería estar sola y respirar para calmarme, entonces minutos después apareció Bruno y comenzó a...

No pudo continuar y se abrazó a sí misma. Se levantó del sofá y caminó hasta posarse frente al ventanal, creí que se quedaría ahí pero abrió la puerta y salió hasta apoyarse en la baranda del balcón.

Me quedé quieto mirándola desde mi posición, y una vez más, solo venía a mi mente lo que estaría aconteciendo ahora si hubiera llegado un mísero segundo después.

Y el simple pensamiento era inconcebible.

Hace años, tenía pensamientos parecidos cuando, cada día antes de la escuela, me quedaba afuera esperando que Eleanor llegará. La misma angustia de siempre me acompañaba ante la idea de que no llegaría porque algo malo le habría sucedido al llegar a casa el día anterior.

Pero ella siempre aparecía con una sonrisa tan radiante que te haría creer que no había nada malo en su vida, no obstante, yo sabía que detrás de esa sonrisa estaba la verdad.

Ella curó la mayoría de mis heridas por las peleas, y yo tampoco tuve inconvenientes de limpiar las suyas en los baños del tercer piso del instituto cuando el resto estaba en clases y sabíamos que nadie llegaría por ser los baños más alejados.

Segunda Oportunidad (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora