29 | ELEANOR ✔

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—¿Entonces esto debe ir archivado aquí? —pregunta, por tercera vez, Daniel.

—Dani, deja de hacerte el idiota y ponte a ordenar esas carpetas, aún tenemos trabajo que hacer. —apuro mientras archivaba las boletas de calificaciones en las carpetas antes de pasárselos a Daniel.

Yo solo estiraba mi brazo en su dirección para que los tomara y fuera a archivarlo a donde correspondían, todo esto sin mirarlo, excepto cuando mi brazo quedó colgado por más minutos de los necesarios fue que lo mire.

En su cara había plasmada una extraña sonrisa.

—¿Qué? —pregunto, desconcertada.

—Me llamaste Dani, desde que llegue me llamas Daniel —su sonrisa se expandió más de ser posible—. Hace tiempo que no lo hacías

Miré hacia otro lado cuando sentí las mejillas calientes.

—Sí, bueno... —fingí que ordenaba la siguiente carpeta para no mirarlo—. Es más fácil llamarte así que Daniel, es más corto.

—Si tú lo dices. —aunque no lo miraba, imagine que seguía sonriendo, y sin darme cuenta una pequeña sonrisa se formó en mi labios.

Dios, si seguía sonrojándome así mi cara seguirá pareciendo un tomate.

«Control, Eleanor. Control.»

—¿Tienes algo que hacer en la noche? —preguntó una vez estuvimos de vuelta en mi escritorio.

El camino de los archiveros hasta mi escritorio había sido en completo en silencio.

Aunque en realidad ya no podía llamarlo mi escritorio, ya que ahora tenía que compartirlo con Dani. Esto desde hace unas semanas, justo el día que llego aquí.

Al parecer él necesitaba algo de dinero para cosas personales y le pidió trabajo a su madre, es decir, mi jefa. El hecho es que yo no sabía que él vendría a trabajar conmigo por un tiempo, además su madre no se opuso porque sería de gran ayuda para terminar más rápido con el trabajo acumulado.

El plan me tomo por sorpresa pero no me desagrado en lo absoluto ya que ahora el peso del trabajo no caía por completo en mis hombros.

Caí en cuenta que Dani esperaba una respuesta por parte mía:

—Perdona. ¿Qué preguntaste?

Ríe ante mi despiste. —¿Qué si tienes planes para esta noche?

—No. —respondo casi al instante. Grave error.

—¿Enserio? Porque estaba pensando que tú y yo podríamos ir a tomar algo por ahí. Conozco un buen lugar no tan lejos.

Estuve a punto de decir que sí inmediatamente, pero caí en cuenta de que hoy no podría. Ni ningún día entre semana.

—Lo siento, olvide que ya tengo planes.

—¿Ah, sí? —cuestiona, desanimado—. Bueno, no importa. ¿Qué te parece mañana?

¿Por qué tenía que ser tan dulce? Había cierto brillo de ilusión en sus ojos y no me gusto ser yo quien lo extinguiera.

—Tampoco puedo. —me apeno.

—Perdona que pregunte pero, ¿acaso te incomode con mi propuesta?

—No. —contesto rápido—. No, para nada. Es solo que no puedo.

—¿Y podría saber por qué?

«Porque no quiero tener problemas con Blake», cuando él mismo dijo que no había problemas en que saliera con alguien. Aunque se haya comportado muy accesible hace unas semanas respecto al tema, no seguía muy segura al respecto.

Segunda Oportunidad (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora