35 | BLAKE ✔

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—¡Blake! —volvió a exclamar, Eleanor, mientras seguía repartiendo golpes a los chicos que se lanzaban a mí—. ¡¡BLAKE!!

No podía detenerme, la adrenalina me llenó por completo que ni siquiera sentía dolor en mis nudillos, mucho menos me dolían los golpes que alcanzaban a tocarme. Ese era el efecto de la adrenalina pura que corría por todo mi sistema.

No recordaba que golpear fuera tan satisfactorio.

***

Un par de horas antes...

—Cuenta ya. Quiero todos los detalles sucios —pidió, Nico, subiendo y bajando las cejas.

—Que solo hemos dormido y ya.

—¿Me crees idiota? —lo mire con la ceja alzada—. No me respondas. Lo importante aquí es que nadie duerme solo en una cama con una chica como Eleanor.

—Pues para tu información, nosotros sí —respondo, guardando mis cosas en la mochila—. Y deja de pensar de esa forma de Eleanor.

Salí del aula escuchando como Nico me seguía riendo por lo bajo.

Respire al aire fresco cuando salimos del edificio.

—Adelante, guapa —Nico mantiene abierta la puerta para que una chica de tez morena pasara, la chica puso los ojos en blanco y lo ignoró—. Uno es caballero y así lo tratan.

—Tal vez te trató así porque conoce las razones de tu caballerosidad —digo riéndome de él.

Él como respuesta me dio un leve empujón desde atrás.

Caminamos recto hacia la banca en donde siempre esperábamos a Eleanor.

Estos días de convivencia han sido tranquilos, bueno, todo lo tranquilos que pueden ser a nuestra manera. En ocasiones peleamos por tonterías pero fuera de eso todo está tranquilo.

Excepto el hecho de que cuando despierto, Eleanor ya no estaba. Aún no comenzábamos a arreglar el cuarto extra del apartamento por falta de tiempo, así que aún dormíamos en la misma cama, esperaba que la convivencia sirviera para que me dijera que hace por las mañanas, pero sigue sin dar resultados

Y ella solo evitaba la conversación, he querido respetar su privacidad, pero no puedo estar tranquilo hasta saber lo que sucede.

Regreso al presente cuando a lo lejos puedo distinguir la silueta de Eleanor, confirme que era ella cuando pasó por debajo de una farola. Gracias al cielo, su amigo no venía con ella. No había vuelto a suceder pero, aun así, el chico me incomodaba. Suponía que era porque era como verme a un espejo, además de que siempre sonreía, nadie puede sonreír tanto ¿o sí?

—Hola chicos —nos saludó con un beso en la mejilla cuando nos levantamos.

—Hola y adiós, —Nico la abraza por un momento—, tengo otras cosas que hacer por ahí, pero a ti —me apunta con el dedo— Te veré en el bar más tarde.

—¿En el bar? —preguntó Eleanor extrañada.

—Tiene que cubrir un turno extra por hoy —respondió Nico por mí.

—¿Por qué siempre estás en el bar con él?

—Porque soy tan buen amigo... —dijo pasándome un brazo por los hombros— que me gusta sacrificar mis horas de sueño para que él no se sienta solo durante tantas horas.

—Sí, claro —le propino un codazo en las costillas y se separa haciendo una mueca—. Solo va porque consigue bebidas gratis.

—Eso explica porque son amigos. —asegura como si nada.

Segunda Oportunidad (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora