La luz del día chocaba con mis parpados, molestándome un poco.
Comencé a moverme para desperezarme, y me estire mientras soltaba un bostezo, me sentía tranquilo después de haber pasado una noche sin pesadillas después de tanto tiempo.
Sin embargo, mi tranquilidad se vio interrumpida al recordar unos ojos café oscuro.
Eleanor...
Después de cinco años el destino nos volvía a reencontrar, o quizás fue solo una simple casualidad. Aunque de algo estaba seguro, no sería la última vez que la viera, me aseguraría de ello.
Ayer al llegar a casa me prometí que la buscaría e intentaría arreglar las cosas, o tan siquiera buscaría su perdón.
No me merecía nada de ella, ni que me mirara. Una parte de mí no dejaba de repetirme eso una y otra vez. Pero por una vez, quiero ser egoísta.
Pase cinco años pensando en el que hubiera sido, pero ahora, tenía la oportunidad de remendar las cosas.
Aun a pesar de haber empezado con el pie izquierdo el día de ayer, me sentía como un tonto por no haberla seguido cuando vi que se alejaba.
Quizás ella esperaba que lo hiciera...
Dormí un poco más de la cuenta, así que pasaba del medio día.
Me levante de la cama aun pensando en Eleanor, y un poco en el hecho de que no tuve pesadillas. Me sentía relajado y descansado en ese aspecto.
Hice mis necesidades y tome una ducha antes de ir a la cocina para prepararme un cereal.
No tenía comedor, solo una encimar en medio de la cocina pero preferí irme a la sala y ver un poco de televisión, aunque al final no prestaba ni un poco de atención.
Solo seguía recordando mi reencuentro con Eleanor de la misma forma que lo hice durante todo mi turno en el bar, lo que causo que incluso preparara y sirviera mal las bebidas en diversas ocasiones durante la noche.
Todo eso debido a que no podía contenerme a recordar los acontecimientos de anoche:
El ligero destello de emoción en los ojos de Eleanor al ver que era yo quien la sostenía, para después pasar a la tristeza, y al final al desprecio. Esa última sabía que me la merecía.
Igual, el cómo hablamos a la vez: ella negando que me conocía y yo afirmándolo. Aún sigo intentando resolver porque no la corregí frente a las insistentes preguntas de Nico..., supongo que fue porque no quería soltar alguna tontería que estropeara más las cosas, aunque no creo que las cosas pudieran estar peor después de cinco años sin vernos.
Una ligera chispa de molestia apareció al recordar como Nico coqueteo con Eleanor, siempre fui muy sobreprotector con ella cuando se trataba de chicos. Pero eso era el menor de mis problemas.
Verdaderamente, lo que se seguía repitiendo en mi cabeza en cada momento, ahora y como ayer en la noche, fue lo último que dijo:
"Simplemente se parece a alguien que conocí hace años, pero esa persona murió hace tiempo."
Sus palabras me habían calado hasta lo más profundo, en especial esa mirada de desprecio, la misma que me lanzó cuando la insulte hace años.
Solté un suspiro de cansancio, antes de ponerme a realizar mis quehaceres después del desayuno.
***
—¿Qué te sirvo? —pregunte a una chica rubia que acaba de llegar a la barra.
—Una copa de ti, guapo —sonrió coqueta mientras me guiñaba un ojo y apoya su peso contra la barra, dejando una visión del inicio de sus pechos.
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Segunda Oportunidad (TERMINADA)
Ficción General"Ambos se conocieron en el peor momento de sus vidas pero fue solo por eso que encontraron un soporte el uno en el otro desde ese instante". La vida nos tiene muchas sorpresas, quizás alguna vez nos hemos preguntado exactamente eso: ¿Qué sorpresas h...