TN, una Omega que atrae a tantos Alphas y Betas que no sabe cómo deshacerse de ellos.
Kim Taehyung, un Alpha que quiere acercarse a TN con tanta desesperación que no sabe cómo convencer a su Omega de que él es su Alpha.
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No entendí en qué momento todo se volvió tan complicado.
Había empezado a evitar a Taehyung por qué quería aclarar mi mente antes de enfrentarme a él directamente, pero no me había puesto a pensar cuanto tiempo me tomaría, ni de qué forma afectaría al Alpha, mi distanciamiento.
Lo único de lo que estaba consciente, era de que una vez que empecé a evitarlo, se iba haciendo más difícil para mí verlo sin perder el control de mis nervios, así que continúe evitándolo, esperando que en algún momento se hiciera fácil verlo a la cara y hablar con él sin titubear.
Pero evidentemente eso no paso, por lo cual el día que me confrontó, entré en un estado de pánico total.
Mi intención nunca fue decir que nuestra amistad no fuera importante para mí, solo quería asegurarle que nada malo estaba pasando entre nosotros, pero todo se me fue de las manos y no sabía cómo había pasado.
Cuando vi a Taehyung alejándose de mí, aún estaba asimilando las palabras que acababa de pronunciar, y en cuanto reaccioné, él ya se había marchado y no pude decirle que su amistad sí era importante para mí y, al parecer, más de lo que me atrevía a aceptar.
Ya habían pasado algunos días, y a pesar de que quería disculparme con Tae por lo que había ocurrido, no me atrevía a acercarme, además, ahora él me evitaba a mí.
Cada vez que me veía, yo caía en un shock momentáneo y por un segundo podía ver el dolor en su rostro, lo que me provocaba un sentimiento de culpa que no se alejaba de mí y que incrementaba cada vez que le veía.
Parecía que lo único que podía pensar era en cuanto lo había lastimado con mi actitud, porque ahora yo me sentía igual que él.
Quería mantener la mente ocupada para dejar de pensar por un instante en aquel chico y la mirada de decepción que me regalaba cada vez que me veía por los pasillos de la universidad, pero todo se iba a la mierda cuando llegaba la hora de dormir, porque no podía apartar de mi mente el hecho de lo mucho que extrañaba que me sonriera cuando nos encontrábamos, o que viniera a mi casa después de la escuela a pasar el rato con D.O y se quedará a cenar, que se metiera en mis videollamadas con Jeongin de vez en cuando, o se ofreciera a acompañarme por golosinas cuando era tarde.
Extrañaba el simple hecho de verlo reír y divertirse con mi hermano en el sofá de la estancia mientras jugaban algún videojuego, extrañaba la sensación de felicidad que irradiaba a todos los que lo rodeaban, y por supuesto, extrañaba el sentimiento de seguridad y calidez que tenía cuando estaba cerca de él.
Pero, aun así, no podía evitar congelarme en mi sitio cada vez que quería acercarme y aclarar las cosas con él. Quería disculparme y decirle que nunca quise lastimarlo, que lo aprecio mucho y que nunca quise que pensara que su amistad no me interesaba, porque en realidad era muy importante para mí, pero no podía.
