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Lo único que podía escuchar, era el inquietante silencio que recorría toda la casa desde hace ya unas horas

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Lo único que podía escuchar, era el inquietante silencio que recorría toda la casa desde hace ya unas horas.

No había podido mantener los ojos cerrados más de dos minutos consecutivos, a pesar de que estaba muerta de sueño.

El reloj de mi habitación marcaba las seis y treinta y cuatro del sábado y, a pesar de que mi cuerpo se encontraba agotado y lo que más deseaba en este momento era conciliar el sueño de una maldita vez, mi mente me lo impedía a toda costa.

Kyung había invitado a pasar la noche en casa a sus amigos del equipo, y por supuesto, como la total cobarde que soy, me encerré en mi habitación en cuanto llamaron a la puerta. No podía ni siquiera pensar en toda la tensión que habría al rededor si me quedaba cerca y me encontraba de frente con Kim Taehyung, quien estaba segura de que me odiaba, por lo cual prefería dejarlo pasar una buena noche con mi hermano y sus amigos.

O eso era lo que quería pensar, ya que mi parte racional me decía que en realidad solo estaba buscando una excusa más para no enfrentarme a él y aclarar todo de una buena vez.

Así fue como termine en mi habitación debatiendo conmigo misma si debería salir y hablar con él ahora o buscar un mejor momento para hacerlo, aunque estaba casi cien por ciento segura de que ese momento no llegaría jamás. Y ahora, me daba cuenta de que pasé la noche entera tratando de resolver algo que tenía una sola salida.

Tenía que hablar con Kim Taehyung lo antes posible.

No encontraría un buen momento para hacerlo, no existía forma de que se volviera más sencillo y no importaba cuánto tratara de autoconvencerme de lo contrario, porque, no arreglaría nada sentándome a esperar que todo fuera un poco menos complicado o aterrador para mí, sino que lo haría aún más difícil de lo que ya era.

Ni siquiera había tiempo para reunir el valor suficiente, ya que sabía que no lo tenía.

Esperé un poco más de tiempo hasta que volvió a escucharse ruido proveniente de la parte inferior de la casa.

No sabía quién sería la persona que encontraría, pero existía la posibilidad de que fuera Taehyung y si era así, y con algo de suerte él estuviera solo, prefería hablar con él antes de que el resto de los chicos se levantaran, y ya que estaba convencida de que no podía esperar ni un minuto más, salí de mi habitación dispuesta a encontrarme con el causante de mi insomnio.

En cuanto estuve en las escaleras un penetrante aroma a café recién molido inundó mis fosas nasales, y de inmediato me congelé antes de terminar mi descenso por las mismas.

Me tomó un momento recordar mi determinación de minutos atrás y retomar mi camino, un poco más lento, pero decidida a ofrecerle una disculpa a Taehyung y ponerles fin a todas mis dudas de una vez por todas.

Así que con pasos firmes me dirige a el lugar de dónde provenía aquel aroma que me resultaba tan agradable, aunque en este preciso momento me revolviera el estómago de una forma particularmente agobiante.

¿Mi alpha? (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora