Prólogo.

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Siempre espere con ansias el día en que alguien me hiciera sentir todas esas sensaciones que deseaba sin control, quizás siempre lo esperé a él.

Pero no solo llego para provocar un sin fin de emociones, llegó para enseñarme a liberarme, para demostrarme quien soy, para destruir lo único sólido en mi vida, mi familia, mis reglas, la falsa idea de una vida perfecta.

Él fue y siempre sería mi Dulce tentación.

Dulce tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora