Capítulo 3: Recuerdos.

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Daba vueltas y vueltas en la cama, no podía dormir, la luz del sol traspasaba la suave tela de la cortina lo que le molestaba, se apretó en el rostro una gran almohada para dormir, pero fue inútil, se levantó, camino hasta su baño y se ducho, vistió un traje salió de su cuarto y camino hasta la cocina al llegar vio salir a una empleada y al acercarse aún más escuchó a los señores Walton hablar:

—Ayer no quisiste hablar sobre lo que ocurrió, pero me escucharás Peter, ese chico está cuestionando tus desiciones y no estás haciendo nada solo porque este negocio es importante para la empresa, permítele que se vaya a un hotel— dijo molesta la esposa, él chico escuchaba con sospecha.

—Por favor Clarice yo sabía que esto ocurriría, me advirtieron que era algo malhumorado, insolente, al fin y al cabo solo tiene 22 años, es un joven aún, no sabe lo que dice— índico molestando al chico, que camino hasta el comedor , le sirvieron el desayuno minutos después llegó el matrimonio y seguido de ellos la joven y tímida estudiante, el ambiente estaba tenso, bastante tenso nadie decía nada y Chris no levantaba la mirada de su tasa de té.

—Cuando comenzaremos con los negocios — rompió el hielo Ethan.

—Tengo que ajustar mi agenda antes y arreglar a un los datos con las ganancias, podría ser mañana, deberías ir hoy a la empresa conmigo.

—Claro, pero también quiero ver la cuidad quizás pueda hacer negocios aparte— sonrió

—Ya debo irme— indicó Chris tomando sus cosas y caminando hasta la entrada.

—¿Quieres que te lleve?— dijo una voz que la espanto volteo a ver y se encontró con el chico.

—No, estoy bien— indicó cortante y tratando de evitar su mirada

—Bien, que tengas un buen día.

—¿No irás con mi padre?

—No, quiero ir a comprar algunas cosas, ver la cuidad luego iré a la empresa de tu familia.

—de mi padre— le recordó

—De tu padre— corrigió provocando que la chica sonriera.

—Que tengas un buen día— indicó la chica caminando hasta el vehículo.

Ethan tomó el auto que Peter destinó para las veces que quisiera salir, llegó hasta el centro donde compró un café, y luego se pació por el centro hasta que llegó a una tienda de libros que llamó su atención, entró eligió dos enormes libros y fue a pagar cuando alguien dijo su nombre.

—¿Ethan? ... ¿Ethan Blackstone?— el chico volteo y se topó con una joven de pelo oscuro como la noche y de ropa negra traía los labios pintados de un rojo muy fuerte que llamó su atención de inmediato.

—¿Discúlpame, te conozco?— pregunto el chico defraudando un poco a la hermosa chica.

—Soy Alex, estudiamos juntos en la
secundaria— indicó algo nerviosa, el chico pagó los libros y se dio el tiempo para recordar.

—Lo siento me es difícil recordarte.

—Era la becada, muchos me molestaban por eso, pero yo les daba sus buenos golpes — balbuceó avergonzada, al chico le tomó bastante tiempo llegar a estas palabras.

—Claro, muy poco pero te recuerdo.

—¿Quieres ir por algo de comer?—
pregunto la chica

—Claro— acepto y salieron de la librería para luego subir hasta el auto del chico.

—¿Qué haces por aquí?— pregunto ella

—Negocios, vine a cerrar un trato, que al parecer tardara más de lo que creía.

Dulce tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora