Capítulo 4: Errores.

25 3 0
                                    


—...¿Cómo que a un no tienes los datos de La ganancias?, han pasado 5 días desde que Blackstone está aquí, y más de una semana desde que pedí los malditos datos, los necesitó para este lunes, ¿me oíste?, solo tienes una cosa que hacer, ¡tu puto trabajo!— ordeno Peter molesto al teléfono esos datos era lo único que impedía que el y Ethan Blackstone cerraran el trato que llevaría a la sima a su empresa.

Hoy era un hermoso día, el sol irradiaba un calor potente eran eso de las 11 am, del día sábado cuando Christal se dignó a levantarse, era fin de semana siempre se levantaba tarde, camino en su peor facha a la cocina por algo de desayunar, y al entrar se encontró de frente con Ethan.

—¡cielos!— gritó espantada provocando la risa del chico que estaba cargado en el mueble de la cocina con una tasa de cafe en sus manos.

—¿qué te sucede?— pregunto riendo

—¿qué me sucede?, mides como dos metros estás parado ahí vestido de negro, si no supiera que eres Ethan Blackstone creería que eres un demonio, o...algo así— bromeo

—qué dramática— indicó mientras la chica abría la nevera buscando algo que comer.

—¿no te preparas algo?— pregunto después de que ella tomara una manzana de la isla que estaba en medio de la habitación.

—no— aseguro saliendo de la cocina, para luego volver a su cuarto, le dio un pequeño mordisco a la manzana y fue al baño ahí recién vio su cabello totalmente desordenado y las marcas en su labio que indican que babeo en la noche.

—bien hecho Christal te has puesto en ridículo frente al psicópata lindo, bien hecho— dijo en voz alta así misma mientras habría la ducha para darse un baño caliente, al salir y vestirse Maddie tocó a su puerta.

— Oye, ¿podrías acompañarme al centro  por unas cosas?— pregunto sutilmente cargándose en el marco de la puerta.

—bien, no tengo nada mejor que hacer—aseguro levantándose de la cama, para luego caminar hasta la entrada, Christal camino en dirección a Will pero Maddison se detuvo.

—¿a dónde vas?— pregunto confundida

— Por Will a decirle que nos lleve, ¿no?

—tengo 20 años, y una licencia que muy pocas veces he usado, ahora ven y súbete al auto conmigo— ordeno agitando las llaves del vehículo.

—que tengas 20 no quiere decir que sepas conducir— dijo su hermana menor irónicamente subiendo al auto.

—se supone que para ser una buena conductora debes tener práctica, ¿y como quieres que practique si nadie me cree capas de conducir el maldito auto?— dijo molesta encendiéndolo.

—bien, demuéstrame que no moriremos en el intento de ir solas al centro de la cuidad— dijo Christal con un tono de ironía que molesto a su hermana que puso el pie en el acelerador y en el freno al mismo tiempo provocando que el auto se detuviera brutal mente.

—o mierda, ¿tengo alguna oportunidad de bajarme del auto?— pregunto preocupada La copiloto.

—ponte el cinturón, así es más seguro—respondió la mayor un poco asustada en realidad, les llevo más tiempo de lo normal pero llegaron al centro de la cuidad y estacionaron frente a una costosa tienda de ropa.

—¿qué cosas veníamos a buscar?—pregunto confundida Chris bajando del auto.

—me han invitado a una cena, necesito algo elegante— confesó entrando a la tienda.

—¿estás bromeando?, tu armario está lleno de ropa, además podríamos haber ido a la tienda de mamá, o podrías haberle pedido que llevara algo a casa— insinuó algo molesta mientras buscan ropa.

Dulce tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora