-NARRA SARA-
Al momento volvió Álvaro y se saludaron mi hermana y él.
BLAS: ¿Con qué empezámos?
AZU: Tenémos que colocar el salon y las habitaciones porque el baño será lo último.
En ese momento tocáron la puerta.
SARA: Abro yo.- dije dándo un pequeño grito.
Abrí la puerta y era Guada, David, Sofía y Dani.
GUADA: Hola.
SOFÍA: Holi.
DAVID: Holo.
DANI: Eeeiiii.
CARLOS: Un aplauso para vosotros, que os habéis apréndido las vocáles.
SOFÍA: Rubio idiota...jajaja.
CARLOS: No me hace ni pizca de gracia.
SOFÍA: A mi si jaja.
DANI: Esto....¿y Sonia?
SARA: Se a ido ésta mañana, porque la hemos despertádo y se a cabreado.
SOFÍA: Encima....que la despertámos con alegría jaja.
DANI: Voy a buscárla a ver si la va a pasar algo...- y dicho esto salió.
AZU: ¿Puede alguien cuidar de Leire? Es un trasto y no se va a quedar quieta.
DAVID: ¿Y si Guada y yo nos la llevamos a dar un paseo?
SARA: Ea, pues fuera, os echamos.
Al final Guada y David se fueron a dar un paseo con la pequeña Leire.
AZU: ¿Puedo estar tranquila con esos cuidadores?
CARLOS: Em...no mucho, pero...supongo que la traerán viva.
Nosotros nos quedamo ayudando con la mudanza a mi hermana.
-NARRA DANI-
La había llamado unas 20 veces, no me cogía el teléfono, me empezaba a asustar ya, como la haya pasado algo...
Di muchísimas vueltas por Madrid, pero nada, llevaba ya una hora buscándola.
Hasta que se me ocurrió donde podría estar, ¿cómo no lo había pensado antes?
Fui corriendo a aquel parque donde había pasado tantas tardes con ella, quedábamos allí casi todas tardes en Octubre y Noviembre, lo habíamos pasado genial cada vez que íbamos.
Fui al árbol donde siempre nos sentábamos y pasábamos las horas hablando.
Y allí estaba ella, sentada en la hierba con la espalda apoyada en el tronco, pero me preocupó mucho, delante de ella, había dos tíos que me daban muy mala espina, me acerqué corriendo y ella se dio cuenta de que estaba allí.
DANI: ¡Sonia, menudo susto me has dado! ¿Por qué no me has cogido el teléfono?
SONIA: Lo siento...no tengo el móvil.
La tendí la mano para irnos de allí, no quería que estuviese con aquellos hombres.
Nos alejamos de allí en silencio.
DANI: Venga, vamos con los demás.
SONIA: No - se soltó de mi mano y yo la miré, ya me empezaba a preocupar, ni siquiera tenía esa sonrisa de siempre, sabía que algo la pasaba.
DANI: Bueno, pues ya que hace mucho frío...vamos a mi habitación y hablamos.
SONIA: No me queda otra, ¿verdad?