Era Él Después De Todo.

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El moreno comenzó a meter sus manos bajo la polera del rubio y comenzó a masajear, casi de inmediato se agachó para comenzar a besar aquel pecho y abdomen que a diferencia de antes, estaban firmes y marcados.

Puta que se había puesto rico su César, y eso, lo tenía que aprovechar si o si.

—Dylan, ah para porfa, tenemos que irnos.

—No quiero, los cabros van a tener que esperarse.

—¿Tay ma' weon? Dylan en serio sueltame.

Al escuchar esto, el mayor decidió morder a un costado de su costilla, casi sacandole sangre a la zona, recibiendo un grito y quejido de dolor del rubio.

—¡AH! ¡DYLAN CULIAO QUE HICISTE! ¡SUELTAME!—dijo para empujarlo haciendo que este casi cayera al suelo y saliendo de aquel cubículo aguantandose las ganas de llorar por el dolor que le había infringido el mayor.

¿Que wea le pasaba? ¿Se creía sádico o que wea?.
Lo quería y todo pero ni cagando iba a aceptar una agresión así, además, tenían que irse.

Decidió salir de aquel baño e ir con sus amigos, tratando de componerse en el camino, le dolía mucho, sólo con el roce de la ropa sentía dolor.

¿Que acaba de pasar?

El menor aún no podía procesar todo lo que había pasado, sólo se concentraba en el dolor, trato de sobarse y lo único que obtuvo fue un dolor más intenso, llegó un punto en que el decidió desviarse del camino y se quedó en un rincón cerca de la caja.

Tomó aire y durante 20 segundos trató de calmarse para luego seguir con el camino hacía la mesa.

A lo lejos pudo divisar cómo el mayor ya había llegado donde sus amigos y junto a éstos miraban hacia todo lados, buscándolo obviamente.

—¡Weon! ¿Se te perdió el camino o que chucha?—preguntaba el de lentes.

—No hermano, fui a ver si tenían una promo que vi el otro día.

La mentira más rápida que se le ocurrió fue esa, aunque era ridícula, fue creíble para todos menos el moreno.

Siguieron comiendo mientras el ambiente era agradable, excepto para los chicos que tuvieron un encuentro en el baño.

El rubio le dirigía una mirada desaprobadora al mayor, el cuál simplemente ponía una cara de preocupación y arrepentimiento.

Estaban apunto de irse cuando el rubio apunto hacia el pecho del menor.

—¿Oe César que wea te pasó?—le preguntó.

—¿Por qué?.

—Teni sangre en la polera hermano que wea.

—¿Qué?—dijo para mirarse directo a donde tenía la herida y efectivamente, había un poco de sangre—Oh, chucha, ehm, en, en denante cuando venía para acá me tropecé con un weon y me pegué en la pared.

—¿Cómo? ¿Que wea César? Pa mi que te andai agarrando a combos con desconocidos kie—decia el de lentes—Anda al baño a verte hermano, te raspaste pero igual lávate.

—Si, si, voy altiro—se levanto y se dirigió al baño, estaba en un modo de desesperación ¿Y si en verdad era grave? ¿Que wea el Dylan?.

Llegó al baño y verificó que no hubiera nadie, se miró al espejo y se levantó la polera.

Efectivamente no estaba tan mal, los dientes ya no estaban tan marcados, la sangre ya estaba seca, pero la herida comenzaba a ponerse morada.

Dylan culiao.

¿ᴇɴ ꜱᴇʀɪᴏ ɴᴏ ᴛᴇ ᴀᴄᴏʀᴅᴀɪ? [MoaiGhost]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora