La princesa Jazmín llevó un mechón de cabello tras la oreja para acercarse a sus gardenias. Quería observar con más detalle si las flores enfermas habían sido hidratadas de forma adecuada.
Felipe, al notar la presencia de la joven a pocos metros, codeó a Benedict. Era mejor estar alerta ante el trabajo que él había arruinado. En un par de pasos alcanzó a la joven monarca.
―Su alteza —saludó con la reverencia correspondiente.
Jazmín no se sobresaltó, después de todo, lo esperaba.
―Buenas tardes, Benedict.
―Imagino que vino a revisar sus gardenias.
―Sé que les tomará unos días, pero me alegro que hayan sido atendidas.
Llevaba una camisa a cuadros de mangas largas, que se ajustaba sobre sus trabajados bíceps. Los guantes que usaba ahora eran los apropiados a su talla, y el calor, aunque todavía lo agitaba de más, poder conversar con Jazmín era alentador.
―Hay algo adicional por lo que vine.
―Con mucho gusto, si está a mi alcance la ayudaré.
Tragó grueso y alzó el mentón. No iba a dejar intimidarse.
Sí, era un hombre de porte ancho y varonil, pero ella, una mujer segura y valiente.
―Soy muy celosa con mis asuntos personales. Espero que entienda que no debe pasarse de la raya en ningún momento. Más que la soberna de Marlenia soy una mujer que no permite atrevimientos ni abusos de confianza.
Benedict lo entendió en los pocos segundos mientras guardó silencio.
―Su alteza siempre merecerá mi profundo respeto y admiración como mujer y monarca. No quise incomodarla en ningún momento. —Tomó aire—. En otras circunstancias daría este tema como olvidado desde la raíz, pero... —Y ella arrugó el ceño. ¿Se atrevía a refutarla?— Como se habrá dado cuenta, hay un compañero con un corazón comprometido al que no me gustaría defraudar; profesa un cariño sincero y anhela, con fervor, una oportunidad. Se me dificulta ser indiferente, y de usted he escuchado cualidades sensibles como firmes. ¿Podríamos ayudarlo con ese favor el sábado?
Era un jaque mate.
Es verdad, la insistencia de Felipe inspiraba ternura, pero salir una segunda vez era igual de loco que tentador.
El último recuerdo de haber ido al cine fue con diez de sus escoltas, pero al mismo tiempo, sola.
―Aunque poco he tenido trato con el joven Felipe, admito que más de una vez he escuchado sobre su amor no correspondido. Y aunque tengo motivos adicionales, acepto ayudar solo por esta única vez. Pero, por favor, nadie puede enterarse, Benedict.
―Por supuesto que no.
―Y le pediré que no me vuelva a tocar.
―Mmm...
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No acepto
Roman d'amourHistoria añadida a la lista -Amor en la realeza- Perfil oficial de @RomanceEs de Wattpad La princesa Jazmín tiene su destino marcado por un decreto real: debe casarse al cumplir los veinte años y encima con el hombre que impone la reina, su abuela...