La adrenalina quemó las entrañas de la princesa como si hubiese robado la mismísima corona de Marlenia.
Los ojos parecían desorbitados, el corazón bombeó con fuerza, gotas de sudor comenzaron a resbalar por su sien, pero aún así, no volteó, porque tenía la sensación de que la atraparían enseguida, al contrario, siguió pedaleando con fuerza hasta acercarse al centro urbano: lo encontró llenó de luces, algarabía, gente caminando, comprando, andando de allá para acá.
Sin percatarse había frenado de golpe, y como si las gafas formaran un casco acústico, donde solo podía percatarse de su propio sonido sordo de la respiración agitada, al quitárselas todo cobró más color y bulla.
Se arrepintió.
¿Qué estaba haciendo ella sola entre tanta gente? La reconocerían pronto.
Pero una vocecilla traviesa le dictaba que se tranquilizara, que nadie la tomaba en cuenta, cada uno seguía su camino, ella era una ciudadana más...
Sintió la urgencia de esconderse pronto.
Pasó la mirada con agilidad por los negocios: supermercado, farmacia, ferretería, bar, restaurante, pero un bazar parecía tener menos afluencia, a un costado se leía en un letrero pintado a mano: «se venden gaseosas, aguas y cigarrillos».
Tenía una mesita un poco desgastada en el portal y una vitrina que separaba a los clientes del interior del local.
Se acercó nerviosa y fugitiva, con el mentón bajo.
Una joven dependienta de piel canela y aire desenfadado, a quien le calculó la edad alrededor de la tercera década, salió a recibirla con una sonrisa, mientras se amarraba los cabellos negros en una alta coleta.
―Buenas noches, ¿en qué le puedo ayudar? —Por su mejilla izquierda asomó un coqueto hoyuelo.
Jazmín sintió la pregunta como si le pidieran explicación de por qué está fuera del palacio sin escoltas y de incógnita.
Sintió la respiración más pesada y tropezó entre sus palabras:
―Yo... Buenas... Buenas noches... Yo...
ESTÁS LEYENDO
No acepto
RomansaHistoria añadida a la lista -Amor en la realeza- Perfil oficial de @RomanceEs de Wattpad La princesa Jazmín tiene su destino marcado por un decreto real: debe casarse al cumplir los veinte años y encima con el hombre que impone la reina, su abuela...