Diez días marcaba el calendario desde el rechazo en el altar de la princesa Jazmín.
Quedaban cinco, Olivia y Valeria ya se veían buscando trabajo.
No parecía asomar un acercamiento por parte de la reina ante la petición de su nieta, y aunque los asesores reales intentaban convencer a Jazmín de retomar el camino al altar, ella se mantenía firme en esperar lo máximo posible una respuesta de su majestad.
Ahora solo faltaban tres días.
Jazmín no podía cargar en la conciencia el desempleo de tanta gente, así que a punto estuvo de enviar su comunicado cuando Valeria se apresuró a su encuentro en la salita de estar. Llegaba agitada y nerviosa:
―¡Un correo! ¡Llegó un correo del despacho de su majestad! —Tragó saliva e intentó recuperar la postura formal—. El estado de salud de la reina Alicia decayó el día de ayer. Su asistente ejecutivo y asesores ruegan la presencia de su alteza real como intento de reconciliación a las diferencias acontecidas.
Valeria esbozó una ligera sonrisa, aquello era una bandera blanca para terminar la silenciosa guerra.
Jazmín no lo percibió igual. Guardó silencio y reflexionó. Después de todo, la reina de Marlenia no se doblegaría ante la princesa, esto solo era un suceso donde los funcionarios reales aprovecharon para intervenir.
Exhaló decepcionada.
―Por favor, Valeria, preparémonos para volver a Marlenia. Reanudemos la boda.
Para la joven pelirroja fue un enorme alivio y se puso en marcha de inmediato.
Benedict atrapó en un abrazo a la princesa sin mencionar palabra alguna, sabía que estaba desconsolada, que sin importar sus intentos parecía que jamás lograría el cambio que buscaba para las generaciones siguientes.
En este punto los herederos se separaron, Jazmín esperaría en Marlenia, cumpliría sus deberes y caminaría de nuevo al altar. Ya no estaba dispuesta a pelear más.
Así se lo hizo saber a su abuela, quien descansaba en cama.
La vio frágil, recostada sobre almohadones y enfundada en prendas suaves de algodón.
Se le achicó el corazón. Había pedido demasiado, incluso sabiendo la avanzada edad y estado de salud de la reina. Sabía que grandes decisiones traían consigo consecuencias graves, y aunque su amado la alentara a ser fuerte, se cayó su armadura en cuanto vio lastimada a su abuela.
Finalmente la alcanzó la culpa.
―Lamento haber hecho trabajar de más su esforzado corazón, su majestad —excusó despacio, tomándole una manito arrugada—. No es más que un poco de presión alta. El médico augura una pronta recuperación.
―No había sentido tanto coraje y tristeza en mucho tiempo, Jazmín —comentó bajito.
Recordó los ojos llorosos aquel día en la catedral, ojos que atravesaron su alma. No obstante, era la misma motivación para continuar con su declaración.
ESTÁS LEYENDO
No acepto
RomansaHistoria añadida a la lista -Amor en la realeza- Perfil oficial de @RomanceEs de Wattpad La princesa Jazmín tiene su destino marcado por un decreto real: debe casarse al cumplir los veinte años y encima con el hombre que impone la reina, su abuela...