Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]

01. La invitación

Hailey

He despertado, quizás mi cuerpo no reacciona, pero el sonido de los autos en la carretera y el olor a panqueques con miel son muy perceptibles por mi sistema.

—¡Ugh! ¡No vuelvo a tomar nunca más en mi vida!

—Eso fue lo que juraste hace tres días —respondió Bella a lo lejos.

Abrí un ojo y todo el departamento estaba de lado. Vi a mi amiga desayunando sobre la barra de la cocina mientras yo me incorporaba del todo en el sofá y viendo ahora el lugar de forma uniforme.

—¿Cómo llegamos? —cuestioné y el dolor en mi cabeza comenzó a aumentar.

—No tengo la menor idea, pero me alegra saber que desperté aquí y no en la casa de alguno de los tipos con los que estaba ligando anoche en la discoteca —dijo y se llevó una taza a los labios.

Tomé mi celular del suelo y revisé la hora, 10:45 am. Veo la foto de Tommy en mi fondo de pantalla, con su gran sonrisa y su balón de soccer en la mano. Sonrío sin poder evitarlo ya que estoy más dormida que despierta, pero al seguir contemplando la foto la realización me golpea.

¡Es domingo!

—¡Carajo! —Abrí los ojos a tope y me puse de pie.

—¡¿Qué?!

—Prometí... —comencé a balbucear mientras alejaba el cabello de mi rostro—. Tengo quince minutos para llegar a... ¡Carajo!

—Hailey, ¿de qué hablas? ¿Qué pasa?

—¡El partido de Tommy! —respondí desde mi baño. Rápidamente me quité la ropa y me introduje en la regadera—. ¡Prometí que lo iba a llevar y ya es muy tarde!

—¡¿Quieres que te ayude a escoger la ropa?! —preguntó Bella desde el otro lado.

Abrí el grifo y el agua cayó violentamente fría sobre mi cabeza.

—¡Por favor! —pedí antes de enjabonarme.

Tommy debe estar odiándome.

Mi ducha fue muy veloz, no tenía tiempo que perder. Salí del baño sosteniendo la toalla con fuerza y observé que Bella escogió un vestido verde con flores y unas zapatillas blancas.

Rápidamente busqué ropa interior, me pasé desodorante por las axilas y también mucho perfume por el cuerpo, tanto es lo sale del pequeño frasco de vidrio que terminé tosiendo por el olor a rosas de este.

Me vestí, tomé unas gafas de sol y salí a la sala en busca de mi bolso. Afortunadamente está en una esquina del sofá donde dormí y mis llaves también están dentro.

Contemplé la hora en mi celular, eran las 11:02 am.

—¡Carajo! Hora de irnos, Bella. ¡Vámonos! —Tomé su bolso de una de las sillas altas junto a ella y se lo colgué al hombro.