12. Tu realidad

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Josh

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Josh

—Así que conseguiste un empleo de oficina —dijo Darla de forma sorprendida y muy alegre—. ¡Felicidades, Joshy! Enhorabuena —subió su botella de coca cola y yo levanté la mía para chocarla con la suya.

—Gracias, Darla. Créeme yo tampoco me lo termino de creer.

Me senté de manera desgarbada en la silla.

La campana del horno sonó.

—Oh, ya está listo —dijo con una sonrisa y ella se puso de pie—. ¡Lou! ¡Empezaré a servir el almuerzo! —prosiguió a gritar en dirección al cuarto.

—¡Ya voy! —exclamó Lou a lo lejos.

—Qué bueno que te dieron el día libre hoy, Darla —comenté—. Siento que ya casi no te veo.

—Ay, Joshy, los turnos en el hospital están de locos, siento que ni yo me veo. Te juro que por las mañanas apenas y puedo arreglarme frente al espejo.

—No lo necesitas, mi amor —dijo Lou mientras al salir de la habitación—. Sabes que eres bellísima —llegó hasta ella y le plantó un beso en la mejilla.

Aparté la mirada de ellas para no invadir su momento meloso y me llevé la botella de soda a la boca para beber un poco.

Lou acababa de llegar de su turno en el hospital y lo más probable es que almorzara conmigo y su novia y luego se fuese directo a dormir. Ella y Darla son enfermeras y llevan más de tres años saliendo, viven juntas y son las únicas amigas que tengo en la ciudad. No me quejo, cuando me mudé hace ocho meses a este edificio no creí siquiera tener la pequeña posibilidad de hacer amigos y luego ellas aparecieron, honestamente no pude caer en mejores manos.

La risa de Darla hizo que volviera a la realidad y entonces vi que Lou estaba tomando asiento a mi lado luciendo ahora más fresca y vistiendo ropa más cómoda porque acababa de salir de la ducha.

—Darla, ¿te gustaron las flores? —pregunté al notar que el ramo que le di a Lou ayer estaba sobre un jarrón en el centro de su mesita en la sala de estar.

—Está precioso, me encantan los arreglos coloridos —dijo ella y se giró con dos platos de lasaña de pollo en sus manos. Dejò uno frente a Lou y el otro frente a mí.

—¿Cómo te va en tu nueva modalidad de asistente sexy? —preguntó Lou con una sonrisa burlona.

—Intento lo más que puedo llevarle el ritmo a Hailey Winter —respondí con honestidad y dejé salir un suspiro.

—¿Es una mujer muy ocupada? —quiso saber Darla al sentarse junto a Lou y me miró curiosa. Acomodó su plato frente a ella y se dispuso a comer mientras esperaba una respuesta.

—Ocupada le queda corto —admití—, la solicitan para todo y tiene suerte sí por día no tiene más de tres reuniones.

—Vaya, supongo que es bueno que estés allí para apoyarla entonces —Darla sonrió.

Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora