03. Un par de tragos

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Hailey

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Hailey

—Iré directo al grano, Matthew —dejé las páginas del contrato sobre el escritorio—. En lo personal tu libro no me encantó, pero la forma en la que escribes sí y eso me hizo quedarme hasta leer el final —lo señalé—. Aprobaré la publicación. Imprimiremos 10,000 libros físicos y agregaremos 5,000 copias de forma digital.

—Dios mío, señorita Winter, no tiene una idea de lo feliz que me hace saber que le dará una oportunidad.

El hombre frente a mí sonrió de manera amplia.

—Reconozco el talento cuándo lo leo, quizás no soy una escritora, pero puedo distinguir cuando un libro es hecho con mucho esfuerzo y este lo es —le extendí las páginas—. Este es el contrato, quiero que lo leas y vuelvas el viernes con todo firmando. El equipo de arte visual debe empezar con las ilustraciones y marketing ir difundiendo los pósteres promocionales.

—¡Gracias, muchísimas gracias! —Matthew se levantó y tomó mi mano. Creí que está a punto de llorar—. Muchísimas gracias, señorita Winter, no tiene idea de lo mucho que aprecio esta oportunidad, he sido rechazado por más de diez editoriales. Ya empezaba a perder las esperanzas.

—No me agradezcas, Matthew —pedí con una sonrisa—. Debemos vender muchas copias antes de poder cantar victoria.

El hombre asintió y tomó las páginas en sus manos.

—Así será, señorita Winter. Tengo fe de que se venderán —dijo y salió de mi oficina.

Como mi puerta es transparente, solté a reír cuando vi al hombre dar un brinco estando afuera.

—Ay, Matthew —negué y levanté la pantalla de mi laptop para poder revisar mis correos.

❁❁❁

Dejé el tenedor de lado para contestar el teléfono, el identificador de llamada me indicaba que es de la casa Sky.

—Hola, Tommy —respondí adivinando.

—¡Hailey! —habló del otro lado muy emocionado—. Llegué de la escuela y después de almorzar me puse a leer el libro que me enviaste, ¡está asombroso! ¡¿Cómo es posible que no te guste?! Ya voy por el quinto capítulo, no puedo dejar de leer, mi mamá tuvo que quitarme la computadora para que pueda hacer mi tarea, pero te juro que muero de ganas por saber de dónde salió el dragón dorado, dime ¿acaso le pertenece a la chica?

—Tommy, me alegra mucho que te esté gustando —comencé a reír—, pero no te voy a decir nada, es de mala educación contar los sucesos de un libro.

—¡Hailey! necesito respuestas.

—Saltamontes, lo que necesitas es hacer tu tarea.

—¿Puedo tener la primera copia física cuando salga impreso?

—Claro que sí, incluso le puedo pedir al autor que te la firme, pero ahora por favor continua con tu tarea que hablando conmigo no vas a avanzar.

—Claro, te llamo más tarde —dijo—. Y no olvides lo que hablamos anoche.

Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora