14. Alcohol y Dolor

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Hailey

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Hailey

La noche llegó y la lluvia con ella, eran las 8:17 pm cuando estacioné fuera de la biblioteca local.

Mi tarde fue un total desenfreno, entre pasar horas en el banco, comprar un vestido para el evento, no intentar desmayarme por fatiga y empacar maletas para Boston ni siquiera regresé a la editorial.

Bajé del auto dando un portazo y soltando muchas maldiciones mientras el agua fría caía sobre mí en el trayecto de llegar a la entrada. Me aparté los mechones mojados del rostro y suspiré.

Había llegado tarde, pero no me importaba, al menos llegué.

Sacudí las gotas de agua del abrigo y entré al lugar sosteniendo con fuerza mi bolso. La biblioteca estaba silenciosa, lo primero que vi fue una mesa con un cartel que decía: Programa de adicciones, registro de llegada aquí.

Miré en ambas direcciones y a paso rápido caminé hasta la chica sentada detrás de la mesa leyendo, irónicamente, un libro de Lucy.

—Eh, hola —saludé—. Mi nombre es...

Dejó el libro de lado y levantó la mano en mi dirección en señal de alto.

—Lo siento, no aceptamos nombres reales estando aquí —dijo de forma amable y me extendió una tablilla y un bolígrafo—. Busca tu año de nacimiento, las iniciales de tu nombre y tu tipo de sangre, firma en la raya y prosigue al fondo de la biblioteca, ya han empezado.

—De acuerdo —susurré y pasé mi vista por la página.

1995 - H. J. W - O+

Firmé rápidamente, dejé la tablilla sobre el escritorio y recibiendo una última sonrisa por parte de la desconocida comencé a caminar adentrándome más al lugar.

Escuché voces y también noté gente sentada en un semicírculo oyendo con atención a un hombre con cabello canoso y piel bronceada sentado de costado sobre un escritorio de forma muy tranquila.

Mientras me acercaba conté a las personas que había en el semicírculo de sillas, siendo 19, había un asiento vacío en el mismo centro y supuse que era mi lugar, soy la única que al parecer llegaba tarde.

—...Muy bien, ¿Quién será el primer valiente? —preguntó el hombre.

Con poco sigilo moví la silla vacía hacia atrás para poder ingresar al semicírculo y sentarme, evitando mirar a mis costados. Dejé caer mi bolso al piso y me acomodé.

El lugar se había quedado en silencio, levanté la mirada y el hombre sentado sobre el escritorio estaba observándome con una media sonrisa. Miré a mi derecha y otras personas también me observaban de la misma manera curiosa.

Me aclaré la garganta y miré nuevamente al hombre frente a mí.

—Lo siento. No quería interrumpir con mi llegada, pero es que ha sido un día muy estresante para mí y el tiempo se me ha pasado volando, por favor, prosigan, les prometo que me puedo integrar rápidamente y me quedaré en silencio.

Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora