Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]

09. Hijo de Afrodita

Hailey

Es viernes, lo que significaba que era mi último día con 24 años.

Eran las 8:02 am cuando entré al edificio.

—Buenos días, señorita Winter. ¿Cómo amanece hoy?

Aparté la mirada de mi celular, le regalé una sonrisa a Lorena y me detuve para tomar en manos mi té de mañana el cual ya tenía listo esperando por mí.

—Muy bien, Lorena, gracias por preguntar. —respondí y acepté el vaso de cartón—. Ya no tienes que hacer esto, ¿de acuerdo? Ahora tengo a Josh.

—Oh —ella sonrió—. De acuerdo, pero usted sabe que siempre que necesite algo estoy aquí, señorita Winter.

—Lo sé, gracias —asentí y proseguí a caminar al elevador.

Las puertas se abrieron y presioné el botón del piso número 4.

Quería gritar, no amanecí bien. No podía dormir pensando en la estúpida inscripción para el estúpido programa de ayuda a las adicciones y cuando la culpabilidad fue más fuerte que yo, tomé valor para llenar el formulario y los cupos estaban todos reservados.

Tommy estará muy decepcionado.

Las puertas se abrieron y salí del elevador. Vi de reojo como Josh salía de su oficina y comenzaba a caminar en mi dirección.

Entré a mi oficina y encendí las luces.

—Buenos días, señorita Winter.

—Buenos días, Josh —respondí y deje el vaso sobre el escritorio, así también me quité el bolso del hombro para poder despojarme del abrigo y colgarlo en el perchero de madera en una esquina del lugar.

—Tengo las copias que solicitó para la revisión de hoy en papelería y también las dos portadas de Amor, Amor, Amor que solicitó en tamaño póster.

—Perfecto, necesito darle una respuesta hoy mismo al departamento de arte visual y todavía no puedo decidir por una de las dos portadas. ¡Ugh! ¿Por qué son tan bonitas? —me senté detrás del escritorio y levanté la pantalla de la laptop.

—Tiene razón. Ambas son muy llamativas. Cuenta con gente talentosa en el equipo de diseño.

—Lo sé —murmuré y comencé a teclear mi contraseña—. Tráeme los pósteres, Josh, necesito tomar una decisión.

—En seguida —dijo, pero no lo miré, solo entré a mi correo.

Tenía demasiadas cosas por revisar y también muchos manuscritos por descargar para leer. Mordí mi labio inferior sintiéndome frustrada al solo mirar los mensajes por encima.

Josh entró a la oficina nuevamente y colocó sobre mi escritorio los pósteres. Quizás viéndolos en gran tamaño la decisión sea más fácil.

—¿Tengo reuniones hoy? —pregunté subiendo la mirada a él.