06. Tres cosas

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Hailey

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Hailey

—¿Tommy? Por favor, di algo —pedí ante su silencio.

Él dejó de escanear a Josh y me miró.

—¿Cómo lo conseguiste tan rápido? —preguntó seriamente.

—Ah, ya me conoces, solo tengo que levantar el teléfono y-

—Mentira.

Maldita sea, ¿por qué es tan listo?

De hecho —Josh carraspeó y Tommy lo miró—. Hace un tiempo vine a dejar mi currículum a la editorial para ofrecer mi ayuda en cualquier departamento como secretario. Y hasta hoy me llamaron porque el lunes la señorita Winter expresó a su departamento de recursos humanos que necesitaba un asistente y por eso estoy aquí.

—Ajá —Tommy se cruzó de brazos.

—Sí, ¿no es genial cómo funciona la vida? Ayer estaba camino a una entrevista de trabajo y no pude obtener el empleo, pero hoy ya estoy aquí.

Hice una mueca. Por tomar de más le he costado a este chico un empleo y aunque no debería siquiera ayudarme, lo está haciendo de forma perfecta.

La culpabilidad cayó en mi como un balde de agua fría.

—No —negué—. No, por favor, ya basta. No sigas, Josh, no es justo que mientas por mí.

Él asintió y dejó mi agenda sobre el escritorio.

—Gracias, ahora si estoy listo para escuchar la verdad —dijo Tommy en mi dirección.

—¿Quieres la verdad? Todavía me duele todo lo que pasó con Peter y que me invitara a su boda fue como un puñal a mi corazón —susurré mirándolo, pero en ningún momento dejó su postura seria—. Bella me dijo que fuéramos por un trago y te juro que por mi cabeza pasaron tus palabras sobre no volverme loca, pero al final te ignoré y terminé volviéndome loca, Tommy —sonrió con amargura—. Amanecí en un bar del cual tu padre tuvo que sacarme a las seis de la mañana.

—Esto sí suena a verdad, ¿tan difícil es confesar y liberar la presión que da el mentir? —dijo y luego miró a Josh—. No sé quién eres, pero mentirle a un niño de ocho años te hace quedar como idiota a ti, no a mí.

Abrí los ojos asustada.

—Tommy, no le digas idiota.

—Creo que necesita oírlo para que no tropiece con la misma pared de nuevo.

Josh estaba perplejo, no lo culpo: cualquiera lo haría si estuviera recibiendo una lección de moral por parte de Tommy.

—Por favor, no —pedí, pero me ignoró.

—Mentir para proteger a alguien termina siempre mal. Así que no lo hagas y si lo haces, por lo menos asegúrate de que la persona a la que le mientes es inepta.

Ella es alcohol - Él es dolor [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora