Estar en la audiencia de una premiación se sentía como estar en detrás de escenas en una película. Había visto esto tantas veces, pero solo pudo ver lo que se suponía que la audiencia televisiva podía ver. Estar ahí era completamente diferente; era un remolino de actividades, tener a los presentadores dentro y fuera del escenario en los momentos adecuados, el tiempo de los cortes comerciales y la música de los entretiempos, productores corriendo alrededor con auriculares y portapapeles, luchando contra el reloj de una transmisión en directo para asegurarse que todo fuera acorde a lo planeado, y lo suficientemente rápido para arreglar las cosas que no. Era fascinante de ver. Era como un juego de hockey. El alboroto, la intensidad, el pánico y el estrecho margen de error. Se encontró ansioso por varias diferentes razones, solo algunas de ellas relacionándose con la posibilidad de que su nombre fuese dicho al final de la tarde. Cada vez que alguien nuevo tomaba el escenario sentía su cuerpo estremecerse, esperando que ellos no se tropezaran y cayeran, olvidaran sus líneas o accidentalmente maldijeran y se metieran en problemas, para empezar a rápidamente asustarse con la posibilidad de estar ahí arriba por misma razón. Estos negocios no iban para nada consigo. Era mejor en el hielo. Al menos allí, si se caía de cara, estaría bien porque literalmente todos también lo hacían.
Sidney Crosby introdujo a los nominados en su categoría. En ese punto, no le importaba realmente si ganaba o no. No era importarte. Su primer año aquí había sido más de lo que pudo esperar, y escuchar al mejor jugador de la liga decir su nombre en televisión en vivo lo tuvo tan deslumbrado que de todas formas no estaba seguro de poder pasar por el discurso de aceptación. Su cabeza daba vueltas demasiado rápido.
—El Trofeo Memorial Calder es otorgado cada año al novato que demostró excelencia en el juego, y quien se volvió invaluable para su equipo el temporada regular —Sidney dijo, algo incomodo sosteniendo la caja negra en forma de disco que contenía el nombre del ganador. Tampoco se veía particularmente cómodo en el escenario, y el pensamiento lo calmó un poco —. Todos los nominados de este años son excepcionales jugadores, cada uno de ellos es merecedor de un reconocimiento. Aprendamos un poco de ellos.
Las luces se hicieron tenues, y un corto vídeo se reprodujo, anunciándolo a sí mismo y a los otros. Mark Stones, Jhonny Gaureau, Aaron Ekblad; jugadores por los que no sentía nada más que admiración. La parte de su personalidad, que siempre pensó que era humilde y modesta, no creía realmente que perteneciera en la misma categoría que ellos. Michael apretó su muslo, con la acción escondida debajo de temporal oscuridad en la habitación. Hasta ahora él no lo había tocado, y por su parte también estuvo sus manos quietas. No era un espacio seguro, el lugar estaba cubierto con cámaras.
La habitación se iluminó mientras las luces volvían, y Sidney sonrió a la cámara que apuntaba en su dirección. Luego, abrió la caja.
—Y el ganador es... ¡Luke Hemmings, de Los Canadienses de Montreal!
Su corazón se detuvo. Por un momento, olvidó cómo respirar. Solo por un segundo o dos, todo se hizo borroso, mientras ruido estallaba a su alrededor por sus compañeros de equipo animando. Sonaba como un ruido en blanco para sus oídos. No podía pensar, y sentía como si fuera a vomitar.
—¡Hey! —la voz de Calum dijo, desde su lado izquierdo, empujándolo en el hombro —. Viejo, despierta. Tienes que ir allí arriba.
—¿Puedes ir por mí? —graznó.
Calum soltó una risa.
—No, no puedo. Ve. Estarás bien.
—Oh, mi Dios —exhaló. Estaba aterrado.
—Te amo —susurró Michael a su oído, cubriéndolo al darle un realmente platónico abrazo y luego empujándolo de la silla.
Se encontraba adormecido mientras caminaba por el pasillo hacia el escenario, donde Sidney Crosby se encontraba de pie, sosteniendo un trofeo en sus manos y esperando a que lo aceptara. Todo en lo que podía concentrarse era en no caer en sus propios pies mientras escalaba cuatro o cinco escalones arriba del el escenario.
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Arcadia | muke
FanfictionCrujidos, aire denso. El sonido del áspero rasguño de los patines en el hielo. El confuso e inentendible eco de las voces masculinas, sonando por las bigas y rebotando en los vacíos asientos. El familiar olor a sudado de los uniformes, y el suelo de...