Confianza

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El primero en despertarse fue Taehyung

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El primero en despertarse fue Taehyung.

Se encontró con la cabeza apoyada en el hombro de Jungkook, con el brazo de éste rodeando su cintura, y con la manta que le dio a sus amigos, cubriéndolos. No miró sus zapatos ni algún punto en la pared como cualquier otra persona lo haría a la hora de despertar, sino que miró el perfil del chico a su lado, su cabeza tratando de recordar si dijo algo loco anoche o si hizo alguna de sus tantas preguntas.

Al no recordar nada se separó y levantó cuidadosamente, no queriendo despertar al azabache. Luego lo cubrió más con la manta y sonrió al escucharlo balbucear entre sueños.

—No, señor... Stark. N-No se vaya —frunció el ceño—. Seré un buen Iron Man

Apretó los labios al querer escapar una carcajada.

—Lindo —murmuró con una sonrisa.

Subió las escaleras y caminó por la habitación del dueño de la casa, buscando su mochila. Al encontrarla sacó de ahí su cepillo de dientes y entró al baño, procediendo a cepillarse y mojar su rostro.

Una vez listo bajó y se dirigió hacia la cocina, en donde se encontró a sus amigos preparando el desayuno; Hoseok haciendo el café y Jimin las tostadas.

—Buenos días —saludó, acercándose a los mencionados.

—Buenos días, Tae —devolvió Hoseok, sonriéndole.

—¡Buenos días, tete! —saludó con más entusiasmo Jimin—. ¿Dormiste bien?

Asintió con la cabeza.—¿Qué tal durmieron ustedes? —preguntó, sacando del estante cuatro tazas y poniéndolas en la mesa.

—Hobi me dio una patada en la cara —se quejó el rubio—. Mira, está hinchado —apuntó sus labios y Taehyung frunció el ceño.

—No veo nada

—Tienes suerte de que tengo los labios gruesos —bufó hacia el pelinaranja.

—Sabes que me muevo mucho al dormir, tú te arriesgaste —se defendió Hoseok.

Jimin respondió rodando los ojos.

Los minutos pasaron, media hora quizás, y el azabache aún no despertaba. Al parecer Jungkook era de los que se levantaban tarde y ellos no quisieron molestarlo.

Ya cansados de esperar y ya no aguantando el hambre decidieron desayunar de una vez, diciendo que guardarían para el otro invitado su desayuno.

—Moría de hambre —habló Jimin mientras daba un mordisco al pan tostado, haciendo luego un bailecito al encantarle el sabor.

—Quédate quieto a la hora de comer —le dijo su amigo pelinaranja.

—Déjalo ser

Y mientras ellos desayunaban entre charlas, risas y quejas, el cuerpo de un recién levantado azabache se asomaba por la puerta de la cocina, bostezando y rascándose la barriga.

—Buenos días alegría. Buenos días señor sol —se estiró un poco antes de mirar hacia el trío de amigos, abriendo luego sus ojos completamente al caer en cuenta que no se encontraba en su domicilio—. Esta no es mi casa

—¿Acostumbras despertarte a esta hora? —preguntó Hoseok.

—No. Normalmente me despierto las once —sonrió, encogiéndose de hombros—. Es un récord

Taehyung rió.

El chico seguía siendo igual de carismático en la mañana y eso le gustaba.

Palmeó el asiento a su lado y miró al azabache, invitándolo a sentarse en ella. Las mejillas de Jungkook se tornaron de un rosa ligero, y con pasos nerviosos se acercó e hizo caso al pedido silencioso del castaño.

—¿Quieres con o sin mermelada? —le preguntó Taehyung.

—Con —tartamudeó.

Le pasó el frasco con ese delicioso dulce e hizo una mueca al notar el repentino temblor de sus manos al agarrarlo.

—¿Por qué estás nervioso?

Los tres pares de ojos caen en Jungkook, y éste niega rápidamente.

—No lo estoy

—Puedes desayunar tranquilo. No tengas vergüenza de comer frente a nosotros —dijo Taehyung.

Jimin y Hoseok sabían la razón del nerviosismo del menor, y por eso no pudieron aguantar la risa al escuchar a su amigo, recibiendo así una mala mirada de éste.

—Siéntete cómodo con nosotros —le dijo el más bajo al menor.

—También tendrás que acostumbrarte a estos dos —sonrió Hoseok.

Jungkook ladeó la cabeza, confundido.

—No entiendo

—Ya que ahora mis amigos te conocen no sólo seremos los dos —explicó—. Bienvenido al culto

—Tonto, no lo digas así. Ni que estuviéramos en una secta —habló Taehyung.

—¡Ah, a Jimin lo dejas ser y a mí no! —se quejó.

—Es porque me quiere más a mí —bromeó el mencionado, sacándole la lengua al pelinaranja.

—Los quiero por igual. No hay un favorito

—¿Te metiste en el cuerpo de Tae, mamá?

Y mientras éstos se molestaban entre ellos, Jungkook tenía una bonita sonrisa plasmada en sus labios; estaba feliz, y deseó tener días así todos los días.

¿Así de bonito se sentía tener un grupo de amigos?

—¿Quieres más tostadas? —le preguntó el castaño.

—¿Eh? N-No, gracias —movió sus manos.

—¡Wow, miren esto! —exclamó Taehyung, tomando las manos de Jungkook y admirandolas.

—¿Q-Qué tienen?

—Están palmeadas. Nunca había visto una de cerca —dijo.

Jungkook hizo una mueca.

—No me gustan

—Pero si son bonitas —susurró Taehyung, entrelazando sus manos—. Debes amar cada parte de tu cuerpo

—En otra vida fuiste una sirena —dijo Jimin.

—Tritón —corrigió Hoseok.

—Pudo haber sido una mujer en otra vida, Hobi —se cruzó de brazos.

—O un pato —comentó Jungkook, recibiendo la mirada de los chicos y él se encogió de hombros, con una sonrisa en el rostro.

Después rieron, y empezaron a hablar sobre qué pudieron haber sido en su vida pasada, mientras dos chicos mantenían sus manos entrelazadas.

Payaso Kook [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora