Un Omega Defectuoso.

¿Quién Es El?

«-Una pequeña
equivocación,
Mina y Ochako
son Omegas,
lo siento.

Los chicos miraron el lugar, había un estantería con varios libros en ella, la televisión en medio de estas, un mueble con un florero sin nada dentro.

Fue cuando el sonido de algo caerse los saco de sus pensamientos.

Miraron como el rubio con mechón negro buscaba comida en el refrigerador.
— ¿Que estás haciendo Denki? — pregunto la castaña colocando sus manos a cada lado de su cintura.
— ¡Tengo pánico! — gritó desesperado mientras comía un poco de lo que parecía ser pollo.

— ¿Y eso que tiene que ver? —

— ¡Que me da hambre cuando estoy así! — Todoroki siguiente mirando el lugar, observo el pasillo que daba a las demás habitaciones, había algo que lo alentaba a husmear por ahí.

Presentía un aroma diferente, había estado bastante tiempo con el cenizo que sabía cada pequeño detalle de este, incluido Deku.
— ¿T-tambien sientes algo raro? — cuestionó el pecoso llegando a su lado.

— Kacchan parece estar muy... A la defensiva... — comento jugando con sus dedos susurrando unas cuantas cosas inentendibles.

El bicolor frunció su ceño, caminando hasta una de las puertas, pero cuando intento abrirla, una reconocida voz lo detuvo.

[ Desconocemos la razón de su probable escape o secuestro, pero tengan por seguro que los héroes harán lo posible para capturar a Night Crusher lo más pronto posible. ]

La televisión había sido encendida, mostrando a un chico de tez blanca, cabellera verde despeinada y pecas en sus mejillas.

— ¿¡Deku!? — gritaron los chicos al unísono, reconociendo su rostro al instante.
— ¡Apágalo, apágalo! — gritó Uraraka tomando el control del aparato para presionar ese botón rojo.

Fue cuando la puerta principal fue abierta de par en par, ahí estaba Bakugou con dos bolsas en su mano, su semblante serio y un bebé en su pecho.

— Aquí están sus jodidas pastillas. — les lanzó la bolsita dando en la cara de cierto bicolor.
— Ahora, los quiero a todos sentados en la sala. — demandó colocando los otros objetos en la mesita, eran dulces y cosas así.

— B-Bakugou... — le hablo cierto pelirrojo, notando todas las miradas en el pequeño ser que llevaba en brazos.
— ¿Que quieres? — lo miro de una manera tan pesada que ninguna palabra logro salir de su garganta.
— Eso creí... — salió de la cocina para pasar enfrente de ellos para después entrar a una de las habitaciones.

Todoroki miró algo confundido la escena, por no decir que algo triste.

— Muy bien pedazos de mierda inservible, díganme de nuevo que fue lo que les pasó, entre más pronto se vayan más tranquilo estaré. — dijo suspirando, sentándose en el sofá.

— ¿Es tu cachorro? — pregunto ya sin poder resistir la de tez rosada, todos estaban curiosos al respecto.

El rubio cenizo los miró de mala gana.

— Sí, lo es. —