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La clase de Cuidado de Criaturas Mágicas estaba por comenzar por lo que caminé junto a los Slytherin en dirección a la cabaña de Hagrid, quien nos esperaba de pie al inicio del bosque.

A lo lejos he podido ver a Hagrid con varias heridas en su rostro y con la mitad de una vaca muerta puesta sobre su hombro.

—¡Hoy vamos a trabajar aquí! —anunció alegremente una vez los Slytherin y Gryffindor hemos llegado con él—. ¡Estaremos un poco más resguardados! Además, ellos prefieren la oscuridad.

—¿Quién prefiere la oscuridad? —preguntó Malfoy ásperamente mientras se colocaba a mi lado junto a Crabbe y Goyle. Podía notar en su voz un deje de pánico—. ¿Quién ha dicho que prefiere la oscuridad? ¿Ustedes lo han oído?

—¿Asustado, Malfoy? —pregunté, recordando cuando Harry me contó que en su primer año él había huido despavorido del bosque—. No te preocupes. Que si hay algo peligroso me encargaré de que seas el primero en ser atacado.

—Que graciosa estás hoy —dijo sarcásticamente mientras comenzábamos a seguir los pasos de Hagrid, quien se adentraba al bosque.

—He preparado una excursión al bosque para los de quinto año. He pensado que sería interesante que observaran a esas criaturas en su hábitat natural —decía Hagrid entre cada paso que daba—. Verán, las criaturas que vamos a estudiar hoy son muy raras, creo que soy el único en toda Gran Bretaña que ha conseguido domesticarlas.

—¿Seguro que están domesticadas? —preguntó Malfoy, y el deje de su pánico de su voz se hizo más pronunciado—. Porque no sería la primera vez que nos trae bestias salvajes a la clase.

Algunos de Slytherin y de Gryffindor han opinado que Malfoy tenía razón.

—Claro que están domesticadas —contestó Hagrid frunciendo el entrecejo y colocándose bien la vaca muerta sobre el hombro.

—Entonces, ¿qué le ha pasado en la cara? —inquirió Malfoy.

—¡Eso no es asunto tuyo! —respondió Hagrid con enojo mientras seguía caminando.

Caminamos por diez minutos hasta llegan a un sitio donde los árboles estaban tan pegados que no había ni un copo de nieve en el suelo y parecía que había caído la tarde.

Hagrid lanzó la mitad de la vaca que traía consigo al suelo y luego de unos minutos un par de ojos blancos y relucientes empezaron a distinguirse en la penumbra, poco después la cara y el cuello de un dragón, y luego el esquelético cuerpo de un enorme y negro caballo alado surgió de la oscuridad.

El animal se quedó mirándonos unos segundos mientras agitaba su larga y negra cola; a continuación, agachó la cabeza y empezó a arrancar carne de la vaca muerta con sus afilados colmillos.

—¿Qué es eso? —pregunté mirando un tanto atemorizada a aquella criatura.

—¿Qué cosa? —me preguntó Malfoy, quien se ha escondido detrás de mí en el momento en que me veió atemorizada—. ¿Qué estás viendo exactamente?

—¿Qué no puedes verlo? —pregunté al momento en que indicaba a la criatura que estaba comiendo—. Está justo ahí.

—¡Ah, así que puedes verlo! —exclamó Hagrid con orgullo mientras me miraba—. A ver, que levanten la mano los que pueden verlos.

Solo unos poco hemos levantado nuestras manos y al ver a Harry, él me ha dedicado una sonrisa, la cual he ignorado.

—Perdone —dijo Malfoy con una voz socarrona—, pero ¿qué es exactamente eso que se supone que tendríamos que ver?

Hagrid señaló la vaca muerta que yacía en el suelo. Los demás la contemplaron unos segundos; entonces varios ahogaron un grito y Parvati se puso a chillar.

LONELINESS; Draco Malfoy. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora