LONELINESS; Draco Malfoy. ✓

033.

La mañana de navidad la hemos pasado en el hospital San Mungo, donde habían internado a mi padre por ser atacado por Lord Voldemort.

Afortunadamente él se estaba recuperando por lo que no teníamos que preocuparnos o eso es lo que él siempre nos decía cuando íbamos a visitarlo.

Ese mismo día nos hemos encontrado con Gilderoy Lockhart, el cual todavía no se recuperaba de su pérdida de memoria.

Mientras nos encontrábamos en una habitación, he logrado oír como una sanadora pronunciaba el apellido Longbottom por lo que giré mi cabeza con rapidez hacia la dirección donde ella se encontraba mirando.

Habían abierto las cortinas que ocultaban las dos camas del fondo de la sala, y dos visitantes iban por el pasillo: una anciana bruja de aspecto imponente, que llevaba un largo vestido verde, una apolillada piel de zorro y un sombrero puntiagudo decorado con un buitre disecado; y detrás de ella, con aire profundamente deprimido, iba...Neville.

Me he sorprendido al ver a Longbottom aquí y me preguntaba a quienes había venido a visitar.

—¡Neville! ¡Somos nosotros, Neville! —gritó Ron muy contento. Neville pegó un brinco y se encogió, como si una bala hubiera pasado rozándole la cabeza—. ¿Has visto...? ¡Lockhart está aquí! ¿A quién has venido a visitar tú?

—¿Son amigos tuyos, Neville, tesoro? —preguntó gentilmente la abuela de Neville, y se acercó a nosotros.

He visto como Neville se acercaba, sin mirarnos a los ojos y con las mejillas ligeramente sonrojadas.

—A veces eres bastante imprudente, Ronnie.... —murmuré al ver a Longbottom de esa forma.

—¡Ah, sí! Sí, claro, ya sé quién eres. —exclamó su abuela mirando fijamente a Harry, y le tendió una apergaminada mano con aspecto de garra—. Neville siempre habla muy bien de ti.

—Gracias —repuso Harry, y le estrechó la mano.

—Y es evidente que ustedes dos son Weasley —continuó la señora Longbottom, ofreciéndole majestuosamente su mano primero a Ron y luego a Ginny—. Sí, conozco a sus padres, no mucho, desde luego, pero son buena gente, son buena gente... —dijo de manera amable antes de posar sus ojos en mí—. Y tú... Oh por merlín eres tú... La pequeña Evans.

—¿Eh...? —dije mirándola confundida.

—Oh, si Frank estuviera bien de seguro estaría feliz de verte —dijo con una sonrisa al momento en que estrechaba mi mano—. Frank y Leah fueron buenos amigos a pesar de tener un año de diferencia... Es una lástima lo que les llegó a suceder...

—Creo que la está confundiendo con alguien más —dijo Ron sosteniendo mis hombros—. Ella es mi hermana. Es una Weasley y no conocemos a ninguna Leah Evans.

—No puedo estar equivocada —dijo la mujer mayor mientras me miraba fijamente—. Conocí a Leah Evans y puedo asegurar que esta muchacha es exactamente igual a ella. Al único que no llegué a conocer fue a su esposo...pero creo que asistía a Hogwarts.

Ron y Ginny la han mirado como si estuviera chiflada, pero en cambio yo la miraba inquieta, ya que he recordado que en el diario de la chica Evans nombraba a un tal Frank, al cual admiraba por su gran inteligencia y valentía.

—Quizá solamente tenga un parecido, pero no tenga nada que ver con ella —dijo Hermione. Ella al igual que nosotros se encontraba confundida.

—Tú debes de ser Hermione Granger —dijo, sorprendiendo a Hermione por un momento—. Neville me ha contado todo sobre ti. Sé que lo has ayudado a salir de unos cuantos apuros, ¿verdad? Mi nieto es un buen chico —afirmó mirando a Neville con severidad, como si lo evaluara, y lo señaló con su huesuda nariz—, pero me temo que no tiene el talento de su padre.