Capítulo 1

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Dicen que solamente tienes un amor verdadero en toda tu vida y sé que esa persona eres tú.

Caminaba tranquila por mi municipio, Cervera.
La brisa jugaba con mi pelo castaño oscuro y me levantaba la camiseta.
Iba camino a un restaurante donde me encontraría con mi mejor amiga, Sofía.
Había decidido ir caminando, ya que siempre iba en moto y quería estirar un poco las piernas.


—¡Martina!— gritó mi amiga al verme

—no grites— dije tapándole la boca con mi mano

—bueno, está bien....¿ya conseguiste trabajo?— negué con la cabeza

—mandé currículum a todas partes y no me llamaron de ningún lugar...— respondí sentándonos en la mesa.

—siempre queda la opción que te dio tu primo— la verdad que si

—tienes razón, pero yo me saqué el curso en la Monlau, de mecánica, para no tener que mandar mi moto al mecánico— me crucé de brazos

—pero te ofrecieron una oportunidad maravillosa Martina— giré la cara hacia un lado

—mírame, vas a estar con tu ídolo, Marc Márquez— sonreí al recordarlo

—voy a llamar a mi primo y a ver qué me dice— Sofía asintió y lo llamé.

(...)


—¿y qué te dijo?— me preguntó la chafardera de mi amiga.

—empiezo la semana que viene, justamente es aquí en Montmeló— sonreí de felicidad

—bien amiga, al menos así tendrás trabajo— sonreímos



Cuando terminaron ambas de comer, Sofía volvió al trabajo y Martina se dispuso a volver a su casa andando.
Llevaba puestos los auriculares y la playlist del famoso Shawn Mendes. Era tan tranquilizante caminar por esas calles...
Cuando llegó a su pequeño apartamento, se sacó toda la ropa y se metió en la ducha. Cuando salió se puso el pijama y encendió la televisión para ponerse a mirar Netflix.
Y cuando más tranquila estaba, fue cuando más prisa le metieron.


—Hola Martina, ¿estás ocupada?— me preguntó mi primo al coger la llamada

—no, dime, ¿qué pasa?— paré la televisión y me levanté del sofá.

—necesitamos que el equipo te conozca, por lo que tienes que venir ya al circuito— se me abrieron los ojos como platos al oír eso.

—claro, si, me cambio y voy— dije, pero no vivo nada cerca...  que desastre.



Me volví a cambiar, pero esta vez me puse unos tejanos negros rotos, unas Nike blancas y una sudadera. En el pelo me hice un moño, medio mal hecho y me puse un poco de rímel en las pestañas.
Cogí el casco de mi moto, las llaves y me subí en ella. Mientras iba de camino al circuito, estaba nerviosa, no entendía el porqué.
Cuando llegó aparcó la moto en la entrada donde aparcan la gente de las escuderías y me dirigí hacia donde me dijeron. La sala de prensa.
Entré por la puerta, sin hacer mucho ruido o eso intenté, ya que estaban todos pendientes de la entrevista a Marc Márquez. Y al sentarme, pude notar como su mirada, se clavaba en la mía. Sentí una pequeña descarga eléctrica, que recorrió todo mi cuerpo.
Me senté al lado de mi primo, Raúl y cuando terminó su entrevista, todo el mundo comenzó a hablar.


—muy bien, está es mi prima Martina, la chica de la que la hablé— gritó Raúl y todos se giraron a mirarme.

—mejor vamos ha hacer una cosa— dijo Emilio, el representante de los Márquez —ponte donde se sientan los pilotos para que los entrevistan y te iremos haciendo preguntas— asentí nerviosa y me senté delante de todos.
Aún sentía como Marc, me miraba, pero me miraba de una forma distinta a los demás.

—¿con qué propósito te sacaste el curso?— preguntó uno

—si os soy sincera, mi intención era arreglarme yo mi propia moto sin tener que llevarla a un taller— rieron

—¿dónde estudiaste?— preguntó quién parecía ser Dani Pedrosa.

—Monlau— me miraron sorprendidos —fui becada, no os penséis que tengo tanto dinero— los hice reír

—¿qué moto tienes?— preguntaron

—Kawa z900– dije orgullosa de mi moto

—nos defraudó— reí al escuchar eso que venía desde mi primo.

—¿porque crees que tienes que ser tú y no otra persona?— me preguntó Marc Márquez, tragué saliva.

—simplemente porque soy muy buena haciendo lo que realmente me gusta— me sonrió y me puse roja, brutalmente roja.



Le hicieron un par de preguntas más a Martina, ella seguía nerviosa, no sabía si iban a cogerla o no. Mientras que Marc solamente la observaba y analizaba lo preciosa que le parecía esa mujer que estaba enfrente de él.

Inesperado | Marc Márquez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora