Agradecía internamente que la pista de patinaje fuera de su madre, así podía estar aun después de cerrar en aquel lugar practicando intentando liberar el estrés que se acumulaba en su cuerpo a lo largo del día, intentaba nuevas piruetas o trucos mientras se dejaba llevar por la música que colocaba en los parlantes del lugar, su madre había sido una gran patinadora cuando joven pero debido a una lesión dejo su carrera, aun así con el dinero que acumulo por sus presentaciones junto a los concursos ganados pudo reinaugurar aquel lugar después de una remodelación.
La música invadía sus sentidos, era una tonada alegre y bastante juguetona que le permitía expresar su alegría al ver que lo habían aceptado para el torneo preliminar, si entrenada lo suficiente obteniendo un buen puntaje podría clasificar para estar dentro de los tres mejores y así participar en el torneo nacional... Estaba extasiado ante esa noticia, la música termino al igual que su rutina haciendo que un aplauso se generara y debido a la soledad del lugar resonó en toda la pista.
-Eso fue maravilloso cariño- Aquella mujer lo miraba con una ternura y amor únicos, se acercó hasta donde ella estaba para quedar frente a frente.
-Gracias mamá, supongo que mi habilidad esta en mis genes- Guiño un ojo coqueto ante la mujer quien sonrió divertida.
-Cariño... Tengo algo importante que decirte...- Su madre lucía sería y algo ¿Asustada?
- ¿Qué pasa? -
-No es nada malo, simplemente yo... Tu sabes que ame a tu padre, pero desgraciadamente nos abandono hace mucho tiempo...- Izuku asintió con tristeza, su padre era un buen hombre que desgraciadamente había perdido la batalla contra el cáncer 8 años atrás- Yo... Eh estado saliendo con alguien los últimos seis meses- Aquellos tomo por sorpresa al peliverde, pero no entendía porque su madre se ponía tan nerviosa.
- ¿Lo conozco? -
-Si... Bueno, es el entrenador del equipo de hockey- La sorpresa aumento en su rostro, aquel hombre era una persona maravillosa ya que era uno de los que mas le inculco el amor hacía el patinaje (Aunque de parte del señor Toshinori, no precisamente artístico como él practicaba)
-De verdad que es una gran sorpresa-
- ¿Estas molesto? -
-Pues no, es algo extraño enterarme hasta ahora que están formalizando algo, pero ¿Eres feliz? - La mujer simplemente sonrió levemente a la vez que sus mejillas se teñían de un dulce sonrojo.
-Tu eres mi mayor felicidad, pero el me hace sentir muy especial como mujer- La abrazo con cariño.
-En ese caso es lo que más importa- Se separo un poco de ella sin deshacer totalmente el abrazo- ¿Pero porque me lo cuentas ahora? -
-El quiero hablar contigo, me da un poco de risa ya que parece que la hija soy yo- Ambos rieron divertidos ante esas palabras.
-Eso me parece lo correcto, no puedo dejar que cualquiera se meta con mi pequeña- De nuevo las risas se hicieron presentes- No tengo ningún problema, puedo verlo cuando el quiera-
- ¿Te molesta si lo invito a cenar esta noche? -
-Adelante mamá, que te parece si nos vamos de una vez y te ayudo a cocinar-
-Gracias Izuku-
Esa noche Inko se había arreglado con un vestido color esmeralda que el mismo Yagi le había regalado en su cumpleaños, mientras que Izuku sonreía divertido al ver lo nerviosa que estaba su mamá. Si debía de ser sincero, no tenía nada en contra del señor Toshinori ya que lo conocía y era un gran hombre, era bueno y amable, además de gran patinador, así que tenía ese punto extra.
ESTÁS LEYENDO
Perderte otra vez
RomanceUn error que le costo muy caro... ¿Podrán solucionar todo antes de que sea demasiado tarde?... Sabe que jamás debió de abandonarlo como lo hizo, en especial después de aquella horrible experiencia pero ahora que estaba de regreso debía de soluciona...