XVIII

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Los fuertes relinchos y el olor le dieron la pauta del lugar donde se encontraba

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Los fuertes relinchos y el olor le dieron la pauta del lugar donde se encontraba.
Por la puerta entraba la ténue luz del Sol, y junto a la fresca brisa, eran características de las primeras horas del día. Mas poco se podía ver, la visibilidad era casi nula.

-¿Rhaella?- la voz del joven que había conocido en el otro sueño la sorprendió.

La frustraba no poder ver de quien se trataba, parecía que su mente estaba empecinada en no develar su identidad. Él pasó a su lado sin percibirla, hacia donde se encontraba sentada su madre.

-¿Qué quieres?

Le sorprendió la dureza de la voz que siempre le había parecido la canción más suave de Westeros. Solo veía siluetas, pero los hombros tensos y la fuerza con la que cerraba sus manos en puños mostraba su estado de ánimo.

-Vine a devolverte esto...

El hombre sacó del bolsillo el retazo que había visto en manos de la Targaryen tiempo atrás- No lo usaré.

-Me rechazas- parecía más dolida que ofendida al afirmar aquello.

Daena dió unos pasos más acercándose levemente a la pareja, pudiendo notar que el hombre no era su padre.

-¿Todo por este estúpido lazo?

-No es la tela, por mi quémala si gustas.

-Lamento si has malentendido...

-No- quiso abrazarla, la sorprendía la entereza de sus palabras incluso cuando el cuerpo le temblaba- No he malentendido nada, tú has querido jugar conmigo, pero no te dejaré continuar.

-¿Qué harás?- la risa grave de él era fingida- ¿Llamarás a Aerys y le dirás que te lastimé?

-No lo nombres- sus palabras habían sido solo un susurro.

-¡Será tu esposo, Rhaella!-la furia no iba dirigida a su madre, y había un dolor que se oía desgarrar su garganta cuando lo gritó. Se asemejaba un rugido en el medio de una indescriptible agonía.

-Ya lo sé, ¡pero a ti es al que quiero!

Un silencio semejante a los momentos previos a una batalla reinó en el establo. Los jóvenes habían olvidado respirar, pero el hombre se armó de valor para responderle.

-Yo.... lo lamento.

☀️☀️☀️☀️☀️☀️☀️

Las disputas entre los soldados dornienses y los de Tyrell habían empezado ni bien llegaron a la capital. Oberyn le había prometido que el día siguiente le mostraría toda la fortaleza, incluso los impresionantes cráneos de dragones; pero había estado toda la mañana ocupado intentando que los vasallos no se mataran entre si.

The golden Dragon /GOT/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora