Estaba caminando por uno de los senderos asfaltados del campus, con la cabeza gacha y la mirada fija en mis propios pies, cuando unos repentinos brazos me rodearon la cintura por el costado, sobresaltándome. Bajé la vista y me relajé cuando mis ojos se encontraron con los de Skylar. Ella no sonrió. Ni siquiera se paró de puntillas para depositar un beso en mi mejilla, como solía hacer.
No era necesario que preguntara para saber que estaba enfadada por alguna razón que yo desconocía.
—Zanahoria, ¿qué...?
—Voy a matarlo —me interrumpió, hablando con voz seria y urgente.
Arrugué la nariz, confundido, mientras me giraba lo suficiente para abrazarla y verla mejor.
—Cuando dices que vas a matar a alguien, ¿te refieres a...?
—¡Mi hermano! —exclamó, rodando los ojos aburrida, como si fuera obvio —. Rompió las reglas, Colson. Rompió. Las. Reglas —reiteró, enfatizando cada una de sus palabras —. Estuvo hablando con Sean toda la noche.
—¿Cómo sabes eso?
—Mira sus ojeras —respondió, señalando algo en la distancia.
Seguí la línea imaginaria de su dedo y pude ubicar a Holden, quien se encontraba revolviendo el interior de su mochila frente a la puerta del edificio que le correspondía. Estaba muy lejos de nosotros por lo que no podía verlo bien, pero Skylar sí tenía razón en que lucía algo cansado, aunque de una manera extraña, como si no le importara estar agotado porque la razón que lo había llevado a ese estado había sido buena.
—¿Y... adivinaste que habló con Sean solo por sus ojeras? —me sorprendí, regresando la vista a su hermana.
Ella asintió y negó con la cabeza al mismo tiempo.
—Por eso, porque lo escuché, y porque esta mañana he revisado su celular mientras él no me miraba —comentó —. Pero sí, mayormente lo he deducido por sus ojeras.
Curvé los labios hacia abajo, me encogí de hombros y simplemente dije:
—Vaya.
En cuanto la palabra escapó de mi boca supe que había metido la pata. Me mordí la lengua, regañándome mentalmente, y deseé encontrarme en cualquier otro sitio antes que ese. Durante los últimos días, había gastado hasta el último gramo de mis dotes de actuación para fingir que todo andaba bien, y creía que estaba haciendo un gran trabajo. Pero acababa de arruinarlo, justo frente a Skylar, una de las personas más perceptibles que había conocido.
Ella se revolvió entre mis brazos hasta alejarse y clavó sus ojos en los míos.
—¿Vaya? —repitió, extrañada.
Respiré hondo y asentí.
—Sí. Es que... estoy... —titubeé, buscando una respuesta adecuada —. Estoy en shock. —Tomé una profunda bocanada de aire, intentando parecer lo más indignado posible —. Ahora entiendo porqué me ha obligado a volver al asiento de atrás.
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Shut Up
Teen FictionSean es un chico de pocas palabras. Holden es incapaz de mantener la boca cerrada. Sean ha tenido un pasado oscuro. Holden es todo sonrisas y felicidad. Sean ha experimentado hasta la peor parte del amor. Holden ni siquiera tiene idea de lo qu...