Sonrisas.
Había sonrisas por todas partes y estaban desquiciándome. El guardia del centro comercial sonreía. La mujer que limpiaba los vidrios de su tienda sonreía. La pareja que se encontraba dos escalones más abajo del mío también sonreía. Mis labios eran los únicos que no tenían intención de elevarse.
Mientras me encontraba en la escalera mecánica, no podía dejar de mirar disimuladamente al par de tortolos que estaban conmigo. Iban tomados de las manos, y la chica descansaba la cabeza sobre el hombro de su acompañante, como si el viaje de bajada fuera a durar demasiado. Él acariciaba los nudillos de ella con su pulgar, mientras le susurraba al oído alguna tontería que la hacía reír divertida. Un sonido tan dulce e inocente, que estaba segura de que aquella muchacha no sería capaz de causarle un daño a nadie, mucho menos a su novio.
Carajo.
Si la maldita escalera no se apresuraba, la envidia acabaría enloqueciéndome.
Me había escapado sola al centro comercial con la intención de distraerme. Luego del mamarracho que había hecho la noche del viernes, no podía estar quieta sin hacer nada, porque mi cabeza se encargaba de repetir cada segundo de mi discusión con Colson, consiguiendo que me sintiera terriblemente mal conmigo misma.
Así que opté por la alternativa más sencilla y decidí salir de casa.
Al principio pensé en invitar a mi hermano. Siempre me alegraba salir con él. Holden odiaba las compras, pero era una compañía agradable. Sin embargo, por alguna razón de la que aún no me había hablado, ahora parecía estar mucho más feliz de lo usual, y su resplandeciente estado de ánimo solo servía para aumentar la opacidad del mío, por lo que cuando me marché no me molesté en llamarlo.
De todos modos, comenzaba a pensar que tal vez no me hubiera venido mal su compañía en ese momento. Seguramente me habría distraído con alguna de sus estupideces, y hubiera evitado que me deprimiera tanto al ver la felicidad de la pareja que había frente a mí.
Solté un ruidoso suspiro de alivio cuando finalmente bajé de la escalera mecánica, y me alejé de ellos lo más rápido posible.
Caminé sin rumbo entre las personas que paseaban por el centro comercial, observando cada una de las tiendas que pasaba, intentando encontrar alguna en la que no hubiera entrado aún. Llevaba tanto tiempo dentro del shopping que ya había recorrido hasta el último rincón. Me metí en absolutamente todos los negocios que tenían sus puertas abiertas... Todos, excepto la librería. Cada vez que Colson y yo salíamos acabábamos dentro de ese lugar, porque el chico parecía ser atraído a él por una especie de imán.
Y después de nuestra discusión no tenía ganas de ingresar allí sin su compañía.
Sin embargo, ya había visitado las tiendas más de tres veces, y los empleados comenzaban a observarme con recelo, extrañados por la frecuencia con la que me paseaba en sus locales, toqueteando todo pero sin comprar nada realmente. Así que cuando caminé frente la puerta de la librería, en vez de esquivarla, respiré hondo y entré.
ESTÁS LEYENDO
Shut Up
Teen FictionSean es un chico de pocas palabras. Holden es incapaz de mantener la boca cerrada. Sean ha tenido un pasado oscuro. Holden es todo sonrisas y felicidad. Sean ha experimentado hasta la peor parte del amor. Holden ni siquiera tiene idea de lo qu...