Me muevo entre las personas, sonrío y ayudo en cualquier cosa que necesiten. El fin de semana fue un éxito, Seth y yo llevamos a cabo lo que teníamos planeado y disfrutamos mucho de la pequeña Corina.
Luego de que Cristina nos la presentó, fuimos a un parque y pasamos la tarde jugando y aprendiendo de la niña. Fue una delicia poder presenciar cómo Seth reía mientras corría con la pequeña detrás de una pelota. Nunca lo había visto tan feliz, fue como si se tratara de otra persona.
Nos quedamos esa noche en un motel y el domingo lo pasamos con la niña de nuevo, almorzamos todos juntos y ella hasta lloró cuando nos despedimos en la tarde porque debíamos regresar.
Seth no quería separarse de ella. Cuando llegamos a su casa sus ánimos cambiaron y me quedé a dormir con él. Reconozco que fui una tonta por haber sucumbido y terminar entre sus brazos. Tenía tanto tiempo que no lo hacíamos que se sintió raro, pero fue una de las mejores noches de mi vida.
Soy consciente de que no tengo idea de qué somos ni en qué términos está nuestra relación luego de eso, pero no lo hablamos, él me trajo al trabajo y mencionó algo de vernos de nuevo esta noche. Me emociona saber que está poniendo de su parte y sé que las cosas son muy diferentes ahora.
Mis ojos se posan en Betty que ha estado evitándome y no me ha dirigido la palabra hoy. No sé qué le dio, el hecho de que me haya contado lo que tiene con Mitch no es motivo suficiente para que me trate de esta manera. Es cierto que le dije que por su bien se alejara de él, pero no fue con malas intenciones.
—Emma, ven a mi oficina.
El corazón me late desbocado al escuchar las palabras de la señora Winston y mi mente va generando posibles escenas del porqué ella quiere hablar conmigo.
Verifico mi uniforme, tratando de encontrar algo en mal estado, pero está todo en orden. Espero que ningún cliente se haya quejado de mí porque eso sería desastroso.
Entro detrás de ella, los nervios me traicionan y tropiezo con un maniquí que hay justo al lado de la puerta. Caigo al piso de bruces, me golpeo el brazo izquierdo y chillo de dolor.
—Emma, ¿estás bien? —La señora Winston me ayuda a levantarme, le doy la gracias con la cabeza hacia abajo, avergonzada.
—Estoy bien.
Asiente y me acomoda en la silla, cosa que fue innecesaria.
—No tienes por qué estar nerviosa, solo quiero hacerte algunas preguntas.
Aprieto las manos en señal de nerviosismo, debajo del escritorio, para que ella no pueda verme.
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Fragmentos © (Disponible En Físico) [Completa]
Romance☆Disponible en físico por Amazon en los formatos: ebook, tapa blanda y dura☆ ¿Qué sucede cuando estás tan quebrado por dentro que solo puedes dar fragmentos de tu corazón? Emma es una chica con muchos problemas, pero con deseos de superación. A Set...