Extra 3: Especial de San Valentín

16.7K 1.4K 292
                                    

Nunca tuve la oportunidad de celebrar el día del amor.

Así que esa debe ser la razón de mi nerviosismo por la invitación que me hizo Seth para esta noche.

Admito que grité de emoción, fue inevitable, cuando —con una flor en mano— me pidió que sea su cita del catorce de febrero. Morí de vergüenza al darme cuenta de mi reacción y, más aun, verlo sonreír como tonto enamorado.

Seth y yo hemos estado muy unidos; hablamos todos los días y salimos cada que tenemos alguna oportunidad. Lo he acompañado a sus terapias y secciones de yoga, asimismo, él ha asistido a mis presentaciones de baile.

Giuseppe está feliz por mí, pero fue muy duro con Seth cuando me buscó en la escuela la primera vez. Lo amenazó y lo puso al tanto de todas las artes marciales que domina, y que está dispuesto a practicar con él si me hace daño.

La escena fue cómica y tierna a la vez, aunque le advertí que mi amigo hablaba muy en serio. Después de ese episodio todo fluyó de maravillas, hasta se acostumbró a verlo, algunas tardes, esperando por mí en un rincón del auditorio.

Por todo esto y más, era de esperarse que un día como hoy se convirtiera en uno muy esperado y especial para nosotros.

El timbre de mi teléfono me hace saltar por el susto. Debe ser él. El corazón se me acelera al percatarme que es un mensaje de Seth, avisándome que ya está a espera de mí.

Las manos me tiemblan por la anticipación y el deseo de salir a su encuentro; pero antes de volverme loca, hago algunos ejercicios de relajación y verifico que todo esté en orden para ir a encontrarme con él.

Mi boca se abre al ver lo elegante y bello que luce. Es indiscutible, la ropa formal le queda espectacular.

—Hermosa —expresa, sonriendo de lado.

Suspiro varias veces antes de acortar la distancia para abrazarlo. Me aprieta contra su pecho mientras deja besos en mi frente y nariz. Cierro los ojos al percibir su olor a colonia junto al gel de baño y la loción que le gusta usar.

Juro que podría quedarme aquí para siempre...

—Te ves muy bien —expreso coqueta—. Tengo algo para ti.

Me da un último beso en los labios para luego separarse un poco. Saco la pequeña cajita de mi bolso y se la extiendo.

—Gracias, Em, pero no tenías que hacer esto.

Logro notar cómo sus ojos brillan al inspeccionar el regalo de moño dorado.

—Feliz día de San Valentín, amor —digo emocionada y por primera vez en mi vida.

Sus dedos agarran mi rostro y se agacha un poco para besarme. Es demandante, apasionado, perfecto.

—Yo también tengo algo para ti, pero está por allá.

Lo miro extrañada porque señala hacia su vehículo.

Me toma de la mano y nos encaminamos hacia su camioneta. Abre la puerta del copiloto para que entre y de inmediato me golpea un olor fuerte y peculiar. Me acomodo en el asiento, mirando a todos lados en busca de dónde sale la fragancia.

Abro mucho los ojos al vislumbrar que la parte trasera está llena de arreglos de rosas rojas de diferentes tamaños.

—Feliz día del amor. —Lo miro aún sorprendida, tanto que no me di cuenta cuándo se subió al volante.

Nos besamos de nuevo y lo abrazo con fuerza para transmitirle todo lo que siento. Es imposible hacerlo con palabras.

No solo por el regalo, sino de lo especial que es el hecho de que se haya tomado estas molestias. Cada día él me demuestra lo comprometido que está con esta relación que apenas empieza y que todo lo que padece no lo controla ni define como persona.

Fragmentos © (Disponible En Físico) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora