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Camino hacia la salida despacio, sería bueno tomar un taxi porque a esta hora no hay ningún autobús que me lleve a casa

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Camino hacia la salida despacio, sería bueno tomar un taxi porque a esta hora no hay ningún autobús que me lleve a casa. Salgo a la fría noche, me bajo un poco la falda y paso mis manos por los brazos para crear fricción.

La calle está un poco iluminada por unos faroles que parpadean. Es extraño, pero me siento rara al verme sola acá afuera. Me he acostumbrado tanto a él, quizás deba hacer mi vida y abandonar su casa. Es lo mejor, ya es tiempo de hacerme responsable de mí misma y vivir por mi cuenta.

—¡Oye! —Me giro y veo al señor Brooke caminar hacia mí. El corazón se me acelera y me quedo paralizada por la sorpresa—. Te estaba esperando, muñeca, quiero llevarte a tu casa.

Niego varias veces y retrocedo, presa del miedo. No confío en este hombre, sé que sus intenciones no son buenas y no quiero tener ningún roce con él.

Camino hacia la calle y mis ojos se posan en Seth, está recostado de su camioneta con la cabeza al otro lado. Sonrío por inercia, el corazón me late desbocado al ser consciente de que está aquí por mí. Me acerco y me detengo a una distancia prudente; él se da cuenta de mi presencia y me mira directo a los ojos.

La brisa fría me hace temblar, al igual que cada uno de los sentimientos que me embargan en este momento. Mi piel de gallina no pasa desapercibida por él, se me acerca, retira su chaqueta de cuero y la pone sobre mis hombros.

—¿Qué haces aquí? —pregunto en un hilo de voz, aún sin poder creer que vino por mí.

—Delia me dijo que volviste al bar.

Asiento y desvío la mirada, tratando de ocultar la sonrisa que se me quiere asomar en los labios.

Entra al vehículo y reacciono haciendo lo mismo. Miro hacia atrás y visualizo al señor Brooke que me observa con las manos apretadas y el ceño fruncido.

Conduce en silencio mientras me aferro a su chaqueta que huele divina, ese olor tan peculiar y varonil que me vuelve loca. Me encojo en el asiento y espero a que él diga algo, lo que sea, que explique dónde estaba metido en estos días. Escaneo su perfil, no verifico moretones en la piel que puedo ver y eso me da a entender que no ha peleado o quizás sí lo hizo y tiene las marcas en otros lugares. Voy a revisarlo cuando lleguemos.

No me gustan esas peleas clandestinas por varias razones: no hay ningún seguro de tu integridad física ni moral y a esas personas no les interesa que estés bien o mal, solo que le generes dinero. Te pueden matar y solo pasan de ti a un luchador que lo haga mejor. Además, Seth ha estado hospitalizado varias veces por las golpizas que ha recibido.

Tengo miedo de que un día no vuelva, he tratado por todos los medios de hacerle entender que no puede seguir y siempre me ignora. El trabajo en el taller no le deja buen dinero, aunque sí lo suficiente para comer y sobrevivir. No entiendo su empeño en seguir en esas luchas. Es cierto que las ganancias son muy grandes, pero no logro comprender por qué quiere ahorrar tanto.

Fragmentos © (Disponible En Físico) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora