Fortuna amorosa | Finalizada

C34: Encomienda

Capítulo 34: Encomienda

—No— Respondió secamente, pero luego agregó sonriendo— No tienes nada de qué preocuparte, ya no siento nada. Realmente, creo que solo confundí mis sentimientos hacia ti.

Harry sonrió apático, sintiéndose torpe por preguntar algo tan obvio. Draco siguió con su vida y lo olvidó, tal como él se lo había pedido.

...

—Harry, te estábamos buscando, pensamos que irías al bosque— Hermione venía agitada con Ron de la mano.

—Ahí voy— Dijo tratando de aparentar seriedad, pero sus ojos denotaban la tristeza que guardaba— Por algo él y yo teníamos una conexión.

Hermione bajó la mirada, como ya sabiendo a que se refería.

—Supuse que lo habías sospechado— Harry los abrazó despidiéndose— Maten a Nagini y luego a él— Fue la última tarea que les entregó.

—Draco...— Hermione se preocupó.

—Él no lo sabe, prefiero que sea así.

...

Draco caminaba por otra parte del castillo.

Aquella era una pregunta que Draco que no esperaba.

Bajó su mirada, dudando.

Una parte de su cuerpo le había querido obligar a decir "Sí".

Pero otra más fuerte le impulsó a decir que no, ya que, aquello podía ser una prueba por parte de Harry y realmente no estaba preparado para perder su amistad.

Lo que no soportó fue las palabras de Harry, que más fueron un susurro. Como si uno de sus pensamientos se hubiera escapado.

"Si tan solo no hubiera sido tan idiota"

Draco se apoyó de la pared, cayendo al suelo mientras soltaba unas ligeras lágrimas, odiaba aquel sentimiento, como si hubiera hecho algo mal, solo soportó y dejó ser feliz a la persona que amaba; entonces porque sentía que hacía lo incorrecto.

...

Harry ya estaba en el bosque, a unos cuantos metros sabía que se encontraría con Voldemort y sus mortífagos.

Respiró ligeramente mientras recordaba lo que estaba dejando atrás.

Su vida, su familia, sus amigos, su primer amor: Draco.

Fue tan torpe, quiso sentir amor, primero con Cho y luego con Ginny, pero no se daba cuenta de lo que ya tenía.

Perdió al hombre con el que había compartido su primer beso, al que lo había apoyado no importara que.

Harry había rescatado a Draco, de una vida de soledad y apariencias. Draco había rescatado a Harry de sí mismo, lo había apoyado y aconsejado.

Recordó como él había sido el único que confió en su palabra, cuando le aseguró que no puso su nombre en el cáliz de fuego. Recordó como ese mismo año tenía unas fuertes ganas de besarlo, no solo en el baile, sino antes de ello, cuando se encontraban en el árbol a charlar.

Recordó la primera vez que lo hicieron, como sus cuerpos se unieron, no solo de forma carnal, Harry entendió que no se entregaría a cualquier persona solo por un rato de diversión.

Pero fue un idiota todos esos años. Draco reconoció primero, lo que él se empeñaba en negar.

Se había enamorado y había perdido la oportunidad de pasar todo ese tiempo junto a él, como algo más que amigos.

Harry tomó su snitch, de la cual salió la segunda reliquia, la piedra de la resurrección. Aquel era el cierre.

Aparecieron ante él los seres queridos que había perdido.

Conversó un rato con ellos, sabiendo el destino que le aguardaba, ellos le dieron el coraje que le faltaba para afrontarlo.

Soltó la piedra y avanzó decidido hacia su final.

Susurró levemente antes de irse —Te amo Draco.

...

Draco inquietamente buscaba a Hermione o Ron para que le dijeran donde estaba Harry, tenía un mal presentimiento.

Al final los encontró sentados en las escaleras principales, ella lloraba.

—Hermione ¿Dónde está Harry?

Ellos se miraron confundidos sin saber realmente que decirle.

— ¡¿Lo dejaron ir al bosque?! —No era necesario una confirmación.

—Él nos hizo prometer que no te diríamos nada— Hermione habló rápido sin dejar de llorar— Él se enteró que una parte del alma de Voldemort estaba en su cuerpo.

Draco quedó petrificado ante esa declaración, Harry no le había contado nada.

—No me interesa, iré a buscarlo— Salió hecho furia por las puertas de Hogwarts, Ron trataba inútilmente de no dejarlo ir.

Pero ya era tarde, Voldemort iba hacia el castillo, atrás suyo todos los mortífagos y a su costado, Hagrid, sosteniendo lo que ahora era el cuerpo inerte de Harry.

—No...

Todas las personas que se estaban refugiando en el colegio, salieron. No podían creerlo, Harry Potter estaba muerto.

Ginny había corrido hacia él, gritando y llorando, pero fue detenida por su padre a mitad de camino.

Draco se petrificó en el umbral de la puerta del enorme castillo, sintiendo como todos pasaban por su costado.

Hermione trató de jalarlo hacia dentro, ella sabía que a nadie le podía estar doliendo más que a Draco, pero este se rehusó.

—No me es satisfactorio matarlos— Voldemort hablaba enaltecido— Es momento de que se rindan, aceptaré a cualquiera en mis filas, inclusive a los que desertaron, les daré otra oportunidad.

Lucius se separó de su esposa, mientras avanzaba al inicio de las filas buscando con la mirada a Draco para que volviera con ellos.

Draco al percatarse de eso, avanzó a paso lento hacia Voldemort. Casi se podía escuchar el sonido de sus zapatos en los escombros del castillo.

En el camino, personas como Fred y George trataron de detenerlo, pero él solo les pidió que se alejaran.

—Draco, me alegra que reconsideraras volver— Voldemort se burlaba de su situación— Al lugar donde siempre debiste estar.

—Draco, ven— Lucius le llamaba, con aquella fría voz que siempre utilizaba para mandarle.

Aquello lo hizo enfadar aún más.

Sacó su varita y rápidamente le mando un hechizo a su padre, con tanta furia y frustración que logró enviarlo varios metros atrás.

Todos los mortífagos le apuntaron, pero nadie pronunciaba un hechizo hasta que su señor les diera la orden.

—Vaya, vaya, en todo este tiempo veo que te convertiste en un hombre— Voldemort se mostraba orgulloso —Cosa que obviamente le faltaba a tu padre.

—Mataste a Harry— Draco habló, siseando, sin una pizca de respeto al hombre que todos consideraban poderoso —Pero eso no importa, él dejó un legado. Nos dejó una misión y aunque muera, luchare para lograrla— Voldemort se mostraba realmente enfadado con ese discurso, ya que, veía atrás suyo a los alumnos nuevamente motivados— De todos modos, solo te queda un horrocrux, Tom Riddle— Susurró mientras alistaba su varita para el ataque de Voldemort.