C32: Infelicidad

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Capítulo 32: Infelicidad

Ya habían pasado unas cuantas horas del entierro, la mayoría estaba descansando.

Harry se encontraba en una habitación de la pequeña cabaña con Draco.

—No vuelvas a hacer eso.

— ¿Salvarte? Ya me acostumbré— Draco bromeaba mientras se vendaba el brazo.

—No estoy jugando.

—Pero averiguamos otra cosa— Lo miró a los ojos— Es muy probable que Bellatrix tenga un horrocrux en su bóveda. Así que tenemos que idear...

Harry dejó de escucharlo y se lanzó a abrazarlo —Estaba preocupado por ti.

Aquel contacto tomó por sorpresa a Draco, su corazón no dejaba de latir fuertemente y las ganas de corresponderlo se incrementaban cada vez más, sin embargo, no hizo caso a ello; se había prometido algo y debía cumplirlo.

Lo alejo sutilmente añadiendo con una sonrisa soberbia. — Estoy bien.

...

El plan de entrar a la bóveda resultó casi a la perfección y consiguieron otro horrocrux más, pero habían perdido la espada.

Cuando ya estuvieron a salvo Harry sintió la necesidad de volver a Hogwarts, pues sabía que ahí encontraría otro horrocrux.

Se transportaron a Hogsmeade donde inmediatamente empezaron a sonar las alarmas y varios carroñeros habían empezado a buscar a los intrusos. Los hubieran agarrado de no ser por Abeforth Dumbledore, el hermano de Albus, que los hizo entrar a su casa.

—Fue muy estúpido que vinieran esta noche— Les regañaba —Todo el mundo los está cazando.

Después de una breve discusión, Abeforth les indicó un pasadizo secreto para llegar a Hogwarts, el cual fue guiado por Neville.

...

Todos recibieron campantes a Harry, algunos abrazándolo y otros simplemente vitoreando.

Claro que algunos también vieron con sorpresa a Draco, pero no mencionaron nada, pues ya sabían que ahora estaban en el mismo bando.

—Es raro volver— Mencionó Draco.

—Y estar con nosotros— Completó Hermione, riendo un poco.

—También.

En pocos minutos todos los estudiantes de Gryffindor se enteraron del regreso de Harry.

Este les habló sobre un objeto que necesitaban para acabar con Voldemort, pero realmente los intrigó, porque no sabía ni que era, ni donde estaba.

La única que intervino fue Luna, que mencionó la diadema perdida de Ravenclaw, pero realmente nadie le tomo mucha importancia.

Harry se separó un rato de la multitud para hablar con su grupo más cercano.

—En pocos minutos Snape se enterará que estamos aquí y llamará a los demás mortífagos— Harry necesitaba planear su siguiente movimiento.

—Déjame hablar con él— Draco intervino rápidamente.

—No creo que sea prudente hacer eso— Hermione intervino y Harry estaba de acuerdo.

—Snape es un traidor— Dijo Ron— No puedes ir y saludarlo como si nada.

—Lo conozco, necesito saber porque lo hizo— Draco no iba a ceder.

—No— Harry tajantemente cambió el tema— Necesitamos hacer tiempo hasta encontrar el siguiente...

La pequeña reunión fue interrumpida por Ginny que muy agitada pronunció el nombre "Harry" con bastante nostalgia y tristeza que llamó la atención de todos. Corrió hacia Harry abrazándolo.

Por primera vez Harry sintió aquello muy incómodo, por lo que, no pudo corresponder al abrazo y la alejó muy sutilmente. Por algún motivo su corazón ya no latía con la misma intensidad que antes.

Draco miró aquella escena en silencio, como Ginny se acercaba corriendo y abrazaba a Harry. La punzada en su pecho se hizo presente, como todas las veces que veía algo similar, pero trató de evitarlo y vio aquello como una posibilidad de zafarse y buscar a Snape.

...

Caminaba por los pasadizos del castillo muy atento de no cruzarse con alguien. Necesitaba hablar con su padrino.

Tuvo algunos ligeros problemas para llegar, pero nada que no se pudiera arreglar con un Desmaius.

Al llegar a la oficina del director vio en la enorme mesa a Snape, sentado y revisando unos documentos.

—Sabía que ya estaban aquí— Dijo este, levantando la vista hacia Draco.

—Hola Snape— Draco apuntó a su padrino sin perderlo de vista.

— ¿Estas solo? — Preguntó irguiéndose.

—Sí, Harry y los otros están ocupados.

—Baja la varita, no te haré daño.

—No, realmente no sé si lo harás o no— Dijo aquello decepcionado— Se suponía que estabas de nuestra parte.

—Y se suponía que tú estabas con nosotros— Eso calló como una balde de agua fría a Draco.

— ¿Entonces es cierto? ¿Nos traicionaste?

—Creo que eso es obvio, siendo tú, pensé que serías más listo y aceptarías las cosas tal y como son— Snape se burlaba— Que decepcionante.

De la nada las puertas se abrieron con fuerza y entró Harry apuntándole con la varita, Snape también sacó la suya, pero Harry fue más rápido y termino desarmándolo.

—Harry Potter— Snape siseaba su nombre— El niño que vivió, vino a enfrentar su destino, ya era hora.

—Cállate maldita sea, ¡Como te atreves a tomar su lugar! —Harry se mostraba furioso— ¡Del hombre que confió en ti y tú lo mataste!

Unos cuantos hechizos fueron lanzados detrás de ellos, un par de mortífagos que cuidaban a Snape, haciéndolos esconderse. Snape aprovechó aquello escapando.

— ¿Realmente no te gusta quedarte quieto no? —Harry se dirigía a Draco, pero sin enojo, al contrario de ello le dedicó una sonrisa.

—Necesitaba hablar con él— Dijo obviamente decepcionado.

De inmediato apareció McGonagall junto a Hermione y Ron desarmando a los mortífagos que quedaban en el colegio.

—Harry, Draco— La profesora los saludó contenta de verlos a salvo.

Ellos se levantaron y se limpiaron de algunos escombros.

—La guerra ya empezó— Mencionó Draco al sentir su marca arder, era el llamado del señor tenebroso. 

...

Harry ya sabía la ubicación del horrocrux gracias a Luna y al fantasma de la hija de Ravenclaw.

—Sala de menesteres— Le indicó a Draco que lo esperaba afuera de la torre.

Corrieron hasta la pared del quinto piso, al entrar vieron un montón de objetos, pero Harry reconoció lo que buscaban y trato de alcanzarlo.

Con lo que no contaron fue que unos muchachos de Slytherin los habían seguido y estaban dispuestos a matarlos, Draco trató de distraerlos mientras Harry llegaba a la diadema, pero uno de ellos no midió la fuerza de un hechizo e invadió toda la habitación con fuego.

Draco tomó de la mano a Harry jalándolo, trataron de huir de ahí, pero el fuego los iba a alcanzar.

—Mierda, mierda— Draco no paraba de correr junto a Harry, para su buena suerte encontraron una escoba— Sujétate.

Harry se abrazó de Draco, apegándose a su espalda.

Su aroma, era una de las cosas que Harry extrañaba junto con aquella cercanía que habían tenido meses atrás, pero aun no entendía a cabalidad lo que sentía.

Y aunque lo entendiera, lo más probable era que Draco ya no sintiera lo mismo por él, o quizás sí. Esa duda lo atormentaba.

Salieron del enorme cuarto, pero antes de que se cerrara la puerta clavó el horrocrux con uno de los colmillos de basilisco que le había dado Ron y lo lanzó al fuego. 

Fortuna amorosa | FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora