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•7 ~blake gray (1) ~

-¡Hija! ¡Baja un momento por favor! -escuché el grito de mi madre mientras terminaba de vestirme luego de salir de la ducha.

Creo que debería presentarme, mi nombre es Leah Branwell, tengo 21 años y acabo de terminar mi carrera de Psicología. Si, aún vivo con mi madre, pero planeo independizarme lo juro.

Mi madre es Camille Branwell, es jefa de una compañía bastante importante aquí en Los Ángeles. Si se preguntan dónde está mi padre, créanme que a mí también me gustaría saber. Mi padre nos abandonó a mí y a mi madre cuando se enteraron que ella estaba embarazada ,así que mi madre mantuvo toda información acerca de mi progenitor completamente escondida de mi.

La vida no fue fácil para nosotras. Mi madre me tuvo a mi con tan solo 19 años, y mi abuela no estaba muy feliz con la idea de su hija embarazada de un fugitivo, pero nos tuvo compasión y nos acogió a ambas cuando mi mamá no puedo seguir pagando la renta de nuestra casa ya que no tenía trabajo.

Pero, mi mamá terminó de estudiar, se graduó con honores y formó su propia compañía. No me digan mala hija por no saber en qué trabaja, es que tiene un nombre raro y demasiado largo que ya ni me preocupo en aprender.

Volviéndolo a la realidad, bajé hasta la cocina de mi casa luego de colocarme mi buzo extra-grande y mis short de andar por casa ya que solo vivimos nosotras aquí. Bueno, nosotras y mis 3 gatos. Mamá pasa mucho tiempo afuera por su trabajo así que tres años atrás, cuando encontré a mis tres preciosuras abandonadas en una caja en la calle, no pude evitar traerlas a casa.

Mamá a veces puede parecer muy dura, ya que tuvo un ajuste en su personalidad luego de que mi padre nos abandonó, pero les juro que es la mujer más dulce del mundo. De hecho, tendríamos más mascotas si no fuera por el hecho de que mis tres gatos parecen veinte de los desastrosos que son. Igual los amo.

-¿Que pasa mamá? -pregunte sentándome junto a ella en el sillón del living.

-Necesito hablarte de algo, Leah. -de repente el tono de mi madre había pasado a uno nervioso cuando se giró para mirarme- Estás últimas semanas, la compañía ha estado teniendo ciertos problemas.

-Oh no mamá, ¿estamos en quiebra? -pregunté preocupada tomando sus manos.

-Por suerte no llegaremos a eso -dijo con una pequeña sonrisa, aún nerviosa- Hija, ¿recuerdas a los Grey?

Como no olvidarlos, a veces mi mamá y Courtney Grey tenían reuniones de "negocios" aquí, aunque más que negocios hablaban más del último chisme del barrio y de la nueva receta que probó un chef famoso en Corea. Es decir, eran más amigas que colegas de negocios. Pero la mejor parte de las reuniones, es que la señora traía consigo a su hijo, Blake. No es por exagerar ni nada pero Blake era el niño más bonito en todo el colegio. Bueno, quizás si exageré un poco.

Mi mamá y Courtney se conocieron en una de las tantas reuniones de padres del kinder al que yo iba de pequeña, al cual iba con Blake. Acabaron haciéndose amigas y solían juntarse seguido ya que ambas eran jefas de sus propias compañías y solían intercambiar ideas, consejos y esas cosas.

Sólo que estos últimos años las reuniones han sido en la casa de los Grey, y yo no había tenido tiempo de ir por la universidad, así que hacía cuatro años que no los veía.

-Claro, ¿porqué? -pregunté.

-Como recordarás, Courtney también es jefa de una compañía muy importante aquí, y ella se ha ofrecido a ayudarnos con nuestros problemas -me explicó mamá con calma- Pero hay un pequeño detalle, ¿recuerdas a Blake?

-Como para no recordarlo -dije rodando los ojos, recordando como de pequeños el solía molestarme en las cenas de mi madre.

-Bueno, Courtney y yo hemos estado hablando acerca de realizar una alianza entre nuestras compañías -dijo retorciendo sus manos en su regazo- Y la mejor manera es que tú y Blake se casen.