Capítulo 3

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Pasaron un par de horas y después de una ducha con agua fría logro calmarse, necesitaba relajarse, exagero, lo sabe, fue demasiado hasta para él, después de todo era un niño del que hablábamos, no debía tratarlo así, por lo que bajo para disculparse con Deku. Su madre por suerte no estaba sino le hubiera dado una paliza por gritarle desde el inicio.

Cuando llego vio al infante hecho bolita en el sofá, seguramente se había quedado dormido, no le sorprendió, se imaginaba que se aburriría y se iría a dormir, pero al asomarse para taparlo y no pescara un resfriado lo escucho quejarse con levedad.

Lo giro y respiraba bastante irregular, estaba con las mejillas rojas, ardía en fiebre, lo alzo en brazos preocupado, no sabía qué hacer, tomo su celular y llamo a su madre porque debían llevarlo al hospital, estaba bastante grave.

Inko llego llena de preocupación y se dirigió a Katsuki mientras él y Mitsuki estaban en la recepción esperando alguna respuesta del médico.

—¿Cómo esta Izuku?

—Aún no sabemos, pero todo estará bien.

No debió dejarlo solo, sabía que enfermaba frecuentemente, pero eso era demasiado, no entendía como en un par de horas a estar perfectamente de pronto estaba en ese estado deplorable.

—Perdón, no debí dejarlo solo.

Se dirigió a Inko y esta se avergonzó al ver al adolescente dar una reverencia, porque sabía que no era su culpa, Mitsuki se sorprendió por la acción de su hijo, lo noto, Izuku le importaba de sobre manera a Katsuki, lo comprobaba con esa acción.

—No te abrumes Katsuki, esto no es tu culpa.

La mujer trato de calmar al adolescente ya que no quería que el chico se sintiera culpable por ello, Izuku se enfermaba seguido, aun no sabían con exactitud que podía causarlo a su corta edad.

El médico salió y les informo que el pequeño se encontraba estable, solo había sido una recaída y pronto podrían llevarlo a casa sin ningún problema.

Inko estaba aliviada, pero Katsuki aún estaba dudoso por no entender porque ese pequeño enfermaba de esa manera tan espontánea.

—¿Aún no saben por qué esto ocurre?

Se lo cuestionó a la mujer y está suspiro un poco decaída.

—¿Has escuchado sobre que los soulmates influyen en las emociones de su pareja?

Kacchan asintió, porque, aunque no tuviera uno, sabía demasiado del tema, cuando cumplió los doce se obsesiono con ese tema buscando algún indicio de porque su muñeca estaba vacía, pero, aunque sabía bastante del tema, aun así era tan ambiguo para él.

—Los doctores tienen la teoría que eso tiene que ver, que el lazo con su soulmate le afecta, hay posibilidades que no tenga uno incluso, porque es más mental, Izuku se siente abrumado de pronto y no hay explicación de porqué.

La mujer menciono aquello un tanto decaída, no quería que eso le pasará a su pequeño, sonaba demasiado triste y no podía imaginarse que eso fuera posible, Katsuki se apretó la muñeca sintiéndose fatal por imaginar que ese chiquillo pasará por lo mismo que él.

Katsuki era fuerte, eso se decía a sí mismo, que él podía con todo, que ese tema no le abrumaba, por lo que imaginar al pequeño pasando por algo como eso le provocaba un vuelco doloroso en el pecho.

Sabe lo horrible que es, como se siente, cuánto duele, no cree que él pequeño pueda soportarlo, no quiere que pase por ello. Pero no puede hacer nada al respecto.

Decide irse, no quiere verlo, porque se sentirá culpable por haber permitido que terminará en ese estado de haberlo notado antes podría haberlo atendido y su fiebre no hubiera llegado a ese grado.

Mitsuki veía la clara preocupación de su hijo.

—No te estreses, sabes que las posibilidades son muy mínimas.

—Soy testigo de que es muy posible ¿Inko lo sabe?

—No, sé que no te gusta que los demás lo sepan, no se lo diré si no quieres.

Veía por la ventana evitando que su madre lo encarase, no quería que se preocupaba por él, prefería mantenerse tranquilo y fingir que él ya lo había superado. No lo hacía.

Paso un par de días y cuando llegó a casa se topó con el infante esperándolo en la puerta con los ojos llorosos, creía que después de lo ocurrido su madre ya no lo querría de niñero.

—¡Kacchan perdóname!

El pequeño se abalanzó a él y lo abrazo por las piernas lloriqueando con bastante fervor, Kacchan vio confundido la acción de este, se inclinó para así tomarlo en brazos.

—¿Qué mierda hablas Deku?

—Herí los sentimientos de Kacchan creí que Kacchan ya no me iba a querer más.

Veía confundido al infante, porque nunca, jamás en su existencia a alguien le hubiera importado un poco sus sentimientos respeto a su soulmate y ese chiquillo lloraba desesperado por él.

—Deja de llorar Deku, estoy bien.

No lo estaba, pero no podía decirle eso, porque si no seguramente lloraría aún más, si es que eso fuera posible.

—No, Kacchan se veía muy triste.

—No me importa, el no tener soulmate no es un problema para mí Deku.

El pequeño se tallaba los ojos tratando de calmarse vio al mayor a los ojos y frunció levemente el ceño.

—¡No quiero un soulmate!

—¿Qué mierda estás diciendo Deku?

El pequeño tomo aire tratando de apaciguar su llanto y poder hablar más claro.

—No lo quiero, así podré estar con Kacchan por siempre y el no estará triste.

Vaya mierda, ese mocoso sí que era un tonto pensaba Katsuki, porque no sabía medir sus palabras, no sabía lo que realmente se sentía despertar en tu cumpleaños número cuatro y ver tu muñeca sin nada en ella.

Recuerda que jamás había llorado tanto en su vida por algo y mucho menos podía recordar algo que fuera más doloroso en su pecho.

—No seas idiota, tendrás un soulmate así que deja de decir tonterías Deku.

—¡No lo haré!

Lo abrazo con toda la fuerza que sus pequeños brazos le permitía y Kacchan lo dejo ser, ya estaba resignado, prefería seguirle la corriente y dejarlo lloriquear todo lo que quisiera, solo esperaba que lo que decía no fuera a pasar. Ese pequeño de aura radiante merecía a alguien a su lado que lo amase con todo su ser, no podía imaginar que no hubiera alguien para él.

Vaya mierda, se dio una leve explosión en el rostro por las cosas que estaba pensando, era una estupidez ¿O no? Si, obviamente lo era, principalmente porque con eso solo podía ser un enfermo pervertido, era un infante, diez años de diferencia, pero, aun así, no podía pensar en otra cosa más lo mucho que quería procurar a ese pequeño.

Debía comenzar a poner su distancia, Deku prontamente cumpliría los cuatro y su destino sería sellado con alguien más.

Mi Soulmate (KatsuDeku) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora