Mi Soulmate (KatsuDeku) FINALIZADA

Capítulo 6

Tuvo que buscar por toda la ciudad hasta encontrar esa figura de edición limitada de All Might, compro dos, si iba a pasar por tanta mierda al menos quería también tener la suya.

El pequeño sería feliz con ello y Kacchan quería ver su enorme sonrisa al abrir el regalo y ver la figura de su héroe favorito, ya quería crecer y ser un héroe para que Deku se emocionara por su mercancía y no la de otro.

Otro punto para superar a All Might.

Volvía a casa y en el camino se topó de nuevo con algunos compañeros de clase quienes lo saludaron e invitaron a acompañarlos en su ida al árcade.

Kacchan era popular aún con su personalidad que todos describían como "horrible" tenía un buen rostro y cuerpo bien trabajado, por lo que las niñas solían coquetearle para decir que salieron con alguien atractivo en algún punto.

Nadie lo tomaría en serio, nadie toma en serio una relación que no es con su soulmate, a menos que fuera un matrimonio arreglado.

Los mando a la mierda y sus supuestos amigos estaban en ese grupo y comenzaron a husmear en la bolsa con las figuras que llevaba consigo.

—¿No estás algo grande para esto?

—Espera ¿Es para el mocoso del que eres niñera?

El resto vio los juguetes y rieron entre dientes, porque ya les habían contado todo el asunto, pero no lo creían del todo, Katsuki no tenía en absoluto un aura de poder cuidar de un niño, se veía el tipo que solo los haría llorar.

De nuevo con una explosión los mando a volar, pero está vez de una manera más agresiva.

—¿Qué te pasa? Pudiste lastimarnos de gravedad.

—Dejen de joder y si los veo cerca de mí de nuevo ahora realmente no me voy a contener.

Se fue de ahí molesto, esa ya era la gota que derramó el vaso, ya no tenía la paciencia de lidiar con esos idiotas y ya mejor se concentraría en estudiar para el examen de UA.

Llegó a casa y su madre curiosa fue y le arrebató la bolsa para ver su contenido.

—Vaya, realmente compraste algo bonito para Izuku, eso lo pondrá feliz.

—Sí, solo iré a dejarlo y me iré.

—No, te quedarás todo lo que sea necesario, Inko me comentó que Izuku estaba muy entusiasmado con la idea de que estés con él en su cumpleaños y no lo vas a arruinar.

Gruño porque internamente quería que su madre lo "obligará" y así no admitir que el claramente si quería ir a pasar tiempo con el chiquillo.

Se tiró sobre su cama ya harto de ese día, simplemente quería dormir hasta el amanecer y dejar de pensar en tonterías sin sentido, aunque no quería ir, ver el nombre de otra persona ahí, ver a Izuku feliz porque conocería el nombre de la persona a la que amaría por siempre.

Pero su celular sonó y vio el número de Inko, se levantó rápidamente para contestar porque tenía que fuera una emergencia y algo hubiera ocurrido con Izuku.

—Diga.

—Katsuki, perdón por llamar, pero Izuku insiste que en si vas a venir mañana y solo hablaba para confirmar.

—Claro que sí, sé que el enano estará triste si no voy.

—Gracias perdón por la molestia, si quieres te lo pago como cualquier día que lo cuidas.

—No, en absoluto yo voy porque quiero, además mi vieja me mataría si Deku llora por mi culpa.

—Gracias, adiós.

Vaya, ahora no había forma de escapar de ello, si no iba Deku lloraría y eso no le gustaba le angustiaba cada que lo hacía por lo que prefería ser el que sufra en vez del pecoso de sonrisa radiante.

.
.
.

Despertó con algo de náuseas, esperaba no estar enfermo o todo su plan se iría por el caño, se levantó y prefirió lavarse la cara para calmarse, porque su cabeza también le dolía de alguna forma.

Se resignó a qué ese día tal vez no estuviera en sus cinco sentidos para Deku, pero debía cumplir con su palabra.

Mitsuki se hallaba haciendo el desayuno y su padre estaba sentado leyendo el periódico de manera tranquila, estaba tan somnoliento que simplemente se sentó en la mesa sin decir nada.

—Buenos días Katsuki...

Dijo aquello, pero sonó cortado, pero estaba por algún motivo tan cansado que solo se desparramó sobre la mesa y prefirió ignorar a su madres antes de que una dosis de gritos mañaneros se avecinara.

Masaru se levantó y susurró algo al oído de Mitsuki la cual rio divertida por ello, pero este parecía insistirle, por lo que la mujer se asomó a su hijo curiosa. Katsuki estaba como los brazos cruzados escondiendo su rostro de la luz Mitsuki estaba sobre él y este se percató de ello por lo que alzó la mirada.

—¿Qué mierda quieres?

—¡Dios mío! Masaru tienes razón, pero... Oh no, no puede ser posible.

Katsuki no entendía lo que sus padres pretendían con ese drama y estaba considerando volver a su alcoba a dormir e ignóralos.

—Katsuki Bakugou ¿Te hiciste un tatuaje?

—¿De qué mierda hablas? Primero soy menor de edad, segundo ¿Para qué mierda querría un tatuaje?

Antes de que Mitsuki contestará su celular comenzó a sonar y era Inko de nuevo, le extraño que lo llamara tan temprano, por lo que salió de ahí para contestar.

—¿Hola?

—Katsuki hola, perdón, pero dadas las circunstancias no quiero que vengas hoy, por favor entiéndelo, deja primero que lidie con esto y después vemos que tendremos que hacer, pero por ahora no te acerques a Izuku.

Colgó y lo dejo confundido, no entendió de que estaba hablando, el día anterior casi le rogo que fuera y ahora le llamaba para decirle que no lo quería ahí.

—¿Qué ocurrió?

—Inko no quiere que vea a Deku hoy, pero el mocoso llorara si eso pasa...

Un nudo en su garganta se formó y comenzó a sentir dolor en su pecho, era abrumante, no entendía lo que pasaba le dolía demasiado, Mitsuki lo noto y se imaginaba lo que estaba pasado.

Abrazo al chico para tratar de ayudar a controlar esas emociones que claramente no eran totalmente suyas, Katsuki quería llorar de manera descontrolada, no entendía porque, le dolía no ver a Deku y más por no saber que estaba mal, pero él no era una persona que quisiera llorar de la nada.

Mitsuki se apartó y suspiro por no saber cómo iniciar la conversación con su hijo. Lo ayudo a sentarse y optó por ser directa para que entendiera que pasaba.

—Katsuki mira tú muñeca.

¿Qué? Debía estar bromeando, ver su muñeca era su recordatorio más doloroso, pero levantó la manga de su pijama y cuando vio aquello sintió un revoltijo de emociones correr por su pecho por no entender que estaba pasando.

Porque en ella podía leer las palabras más hermosas que alguna vez imagino.

Izuku Midoriya