Soul {Peter Hale}

Capricho

Después de salir corriendo de la veterinaria, Peter, Cora y yo empezamos a caminar sin rumbo, pensando dónde podría estar Derek, aunque estábamos bastante cansados y era casi de madrugada.

-Su cuerpo no estaba allí, ni cerca. Tiene que estar bien, ¿verdad?-preguntó Cora preocupada.

-Está vivo-contestó Peter, aunque parecía que sólo quería tranquilizar a su sobrina.

-¿Puede haber llegado a su casa? No hemos mirado allí-propuse, no había otro lugar en el que pudiera estar, aunque estuviera en la otra punta de la ciudad, era el único lugar que nos quedaba.

Los dos me miraron, pensando la idea.

-No sin ayuda-contestó el lobo- Sus heridas deben ser graves, no podría haber caminado tanto sin haberse desmayado en mitad de la carretera.

-¿Quién podría ayudarle?-pregunté.

Ninguno tenía respuesta, pero decidimos ir a su casa para asegurarnos.

-¿Escucháis u oléis algo?-les pregunté cuando tuvimos a la vista el edificio en el que vivía.

-Aún no, estamos demasiado lejos. No seas impaciente- me contestó Peter.

Decidí ignorarle, cómo había hecho la mayor parte del día. Iba a tener que hacer algo realmente bonito y conmovedor para que le perdonara.

-¿Entramos ya?-preguntó Cora de mala gana e impaciente por saber si su hermano se encontraba bien.

Los dos asentimos y entramos, al principio no noté nada, pero en cuanto subí algunas escaleras empecé a notar un dolor de cabeza bastante conocido.

-No puede ser...-susurré.

Cora, quien iba la primera no se dio cuenta de que me había detenido, en cambio Peter lo notó después de subir cuatro peldaños.

-¿Ocurre algo?-preguntó Peter preocupado.

Le lancé una mirada irritada, claro que ocurría algo, y él tendría que sentirlo...

-¿No lo sientes?-pregunté, aunque era algo absurdo, claro que no lo sentía.

Peter negó con la cabeza, y después dirigió su mirada hacia arriba, como si pudiera ver dentro del apartamento de Derek desde allí.

-Está ella dentro-dedujo.

El dolor de cabeza y el malestar que sentía siempre que ella estaba cerca no desapareció, pero sí se hizo lo suficientemente soportable como para poder subir el resto de escaleras sin caerme, aunque Peter iba detrás por si acaso.

En cuanto llegamos vimos a Cora abrazando fuertemente a Derek, quien iba sin camiseta y con vendajes por prácticamente todo el torso, más alejada, en una esquina, estaba Jennifer.

La observé bien, tenía el pelo revuelto, parte del maquillaje corrido y la ropa mal puesta, no había que ser un genio para saber qué había pasado.

Derek era un idiota. Derek era un idiota que se había encaprichado.

-Se han acostado-susurró Peter a mi espalda, tan molesto como yo.

Cuando Derek y Cora dejaron de abrazarse, el mayor nos miró.

-No os veo muy contentos.-comentó.

Sin decir nada me fui hacia las sillas que tenía al lado de la mesa donde comía, iba a tener que explicarme varias cosas, pero primero tenía una pregunta.

-¿Qué hace ella aquí?-dije sin rodeos una vez me acomodé.

-Oh, yo...yo no quiero molestar, ya me...iba-dijo fingiendo timidez, mientras recogía su bolso y se dirigía hacia la salida.