Soul {Peter Hale}

El último enfado (Pasado)

Había intentado salir pronto de casa, pero Stiles me empezó a hacer un interrogatorio, quería saber absolutamente todo, a donde iba, con quien, cuando llegaría,  por que iba tan arreglada...

Por suerte llegué antes que mi cita al lugar acordado.

Era la primera vez que quedábamos oficialmente, teníamos que mantenerlo en secreto por la diferencia de edad, por la diferencia de especie y porque no toda la familia Hale estaba de acuerdo con mi presencia en la casa.

El lugar en el que habíamos quedado lo descubrimos hace unos meses mientras hacíamos el tonto, no era el típico lugar en el que hay un lago y hierba tan verde como en los dibujos, pero había un enorme árbol que daba la sensación de ser mágico.

Esperé pacientemente durante diez minutos, a los quince ya me empecé a poner nerviosa.

Le llamé dos veces, a lo mejor había tenido problemas con Talia y no podía venir, o quizás me había dejado plantada porque se había dado cuenta de que yo solo era una niña demasiado inocente como para estar con él.

Intenté ser más paciente y me senté entre las ramas del árbol, decidí esperar una hora, él no me había mostrado ninguna razón para desconfiar y no iba a hacerlo, estaba enfadada porque podría haber llamado al menos, pero iba a esperarle.

Pasó una hora y a los pocos minutos escuché pasos cerca, me levanté rápidamente y me limpié la tierra de la ropa, no es que quisiera estar  perfecta, pero sí al menos limpia.

-Sigues aquí-dijo aliviado.

-¿Eso es lo primero que me vas a decir? ¿no un "Lo siento" o un "Te voy a dar una buena explicación?

Él cerró los ojos y suspiró.

-Estás enfadada.

-Claro que lo estoy, me has dejado aquí durante una hora, dijiste que iba a ser nuestro día y me queda poco para que me tenga que ir.

Se acercó a mí, me agarró de la mano y me miró a los ojos.

-Lo siento, tengo una buena explicación y te prometo que te voy a recompensar, pero antes tenemos que hablar.

No me gustaba como sonaba eso, los "tenemos que hablar" nunca eran buenos.

-Sabe que he quedado contigo...-el corazón me empezó a latir rápidamente, eso nos ponía en peligro a los dos-escucha he intentado despistarla y lo más seguro es que no sepa donde estamos, pero hay que andar con cuidado.

Me alejé de él.

-¿Más cuidado? Casi no podemos cruzar miradas cuando nos encontramos en tu casa por si nos ve. Estoy cansada, no puedo respirar sin que me mire como si me quisiera matar.

Estaba enfadada, harta y cansada.

-Hey, tranquila- se volvió a acercar a mí y esta vez me agarró suavemente la cara- esta situación acabará, podremos ser libres, los dos juntos ¿suena bien, no?

Se me escapó una pequeña sonrisa ante la imagen.

Él se acercó al árbol y posó su mano en el tronco, hizo un gesto para que hiciera lo mismo. No sabía que quería que hiciéramos pero nunca podía adivinar sus pensamientos, así que simplemente le hice caso.

-Prometo ante este árbol mágico- solté una carcajada ante eso, él era el único que sabía que yo llamaba así al árbol- no abandonarte nunca y que si en algún momento te pasa algo malo haré cualquier cosa para vengarte.

Sonreí ante la absurda promesa que estaba haciendo ante un árbol, aunque era un gesto bonito.

-Te toca.