Capítulo 25

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Lexa

Al instante supe dónde llevarla y por mi mente pasó lo que podría hacer, pero una inseguridad y miedo a su rechazo tomo mi mente por completo.

Ella me enseñó su lugar secreto, era momento que yo le enseñara el mío; era una parte de la playa alejada donde por alguna razón no había nada más que un pequeño negocio de comida apartado, árboles, arena y el mar. Era ese lugar que sabes que es tuyo porque lo hiciste así.

En mi mente había una especie de debate mental entre decirle la verdad o guardarme una historia que estaba segura, un día confesaría sin más.

Nos sentamos en la arena y solo vimos la Luna y las estrellas sobre nosotras. Para cualquier otra persona hubiera sido una noche más, pero para mí era la noche donde diría una verdad, una verdad que necesitaba soltar.

- Antes de cualquier cosa quiero decir tres palabras claves

- ¿Qué? - me dijo ella

- Quiero un burrito - en ese momento su risa inundo el silencio de la playa, contagiándome

- Bueno, vamos por tu burrito - dijo aun riéndose mientras tomaba mi mano y comenzábamos a caminar hasta el pequeño negocio de comida

- ¿Desde cuándo vienes aquí? - preguntó

- Mmm, creo que unos años después de que mi padre murió

- ¿Él ya ha venido?

- Si, pero dudo que lo recuerde - reí al recordar la vez que vino, Clarke me miro como esperando a que contara la historia - una vez que venimos, él estaba muy ebrio y dijo que quería ser una palmera, hablar con la arena y casarse con las conchitas de mar - volvió a reír - lo traje aquí porque en casa los vecinos se quejarían por el ruido, llamarían a la policía, pero ellos no nos harían nada así Murphy fuera menor de edad y haya ingerido alcohol

- ¿Por qué no los detendrían?

- Larry, Martínez y Castillo nos tomaron cariño después de estar muchas noches y tardes con ellos - en ese momento ella paró y me miró fijamente

- Espera un momento, ¿Has estado detenida?

Por un momento su expresión seria y hasta diría yo enojada, me asustó, pero después vi una sonrisa asomarse en la comisura de sus labios. A mi mente vinieron centellares de recuerdos y en especial la primera noche en la celda.

- Si, puede que si - conteste un poco nerviosa a su reacción, pero solo volvió a reír y siguió caminando

- ¿Por qué?

- Son muchas historias

- Cuéntame una

Dos preguntas, uno ¿Cuál sería la historia menos complicada y grave? y dos ¿Qué pensaría de mí? Puede que, si le cuento la vez que nos detuvieron a Murphy y a mí por romper la ventana de una casa y luego entrar por la piedra para seguir jugando, luego nos fuéramos corriendo y que ellos creyeran que en realidad no metimos a robar, no pensaría nada malo. En cambio, si le cuento cuando nos inventamos un ID falso para entrar a una fiesta y bebiéramos demasiado alcohol, ella se decepcionaría de mí.

Antes de contestar tome una gran bocanada de aire.

- Bueno, ¿Recuerdas que hablamos de mis malas decisiones?

- No fue una plática exactamente sobre eso, pero sí lo recuerdo

- Prometo contarte todo pero ahora de verdad quiero ese burrito - sonrío y asintió para que yo continuara - Bueno, una de esas malas decisiones fue que Murphy y yo nos hiciéramos amigos de unos chicos que encontramos un día en el parque, no eran precisamente buenas personas ni mucho menos iban por el camino correcto, nos metieron en muchos problemas y a Murphy en un vicio: el alcohol - en esa parte Clarke abrió un poco más los ojos y frunció ligeramente el ceño - un día que ellos organizaron una fiesta y fuimos, él se embriago demasiado así que estaba un tanto ebrio, se robó una motocicleta y cuando la policía nos empezó a perseguir decidí traerlo aquí, corría y gritaba que era una bella mariposa lista para aprender a nadar, entre su euforia se tropezó y callo en la arena lo cual provocó que ya sabes... No controlará sus necesidades y saliera lo que tenía dentro, ¿Entiendes?

Eres Para MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora