Capítulo 37: "Es inevitable"

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-ETHAN-

Abby Gates, la persona que me enseñó que existen diferentes formas para divertirse. La persona que empecé odiando y que ahora es con la que quiero estar todo el tiempo. Y no soportaría lastimarla, pero hay veces en las que es inevitable. En un principio ni siquiera pensé en decirlo, aunque últimamente me cuestionaba si eso sería lo correcto. Todo se vino encima cuando de un momento a otro Sack apareció y la presión aumentó.

Siendo sincero no esperaba volver a hablar con él, ni con el resto del grupo. No después de darme cuenta mi error y de lo que traía ello.

Un día apareció Sack amenazando con decirle a Abby todo. Ese día fue el que tomé una decisión, le contaría todo a Abby.

Si alguien debía decírselo, era yo. Era el único que debía hablarlo con Abby. Y es eso lo que haré hoy.

-Abby, fuiste una apuesta-esperé su reacción, pero nada, no reaccionó, ni siquiera un poco. Había empezado así que debía terminar esto-al principio todo fue una apuesta. Todo fue por venganza, lo hice por eso-tenia miedo si esa era su reacción, el callarse, el no hablarme. O talvez sería otra-con el paso del tiempo me di cuenta de la maravillosa persona que eres. Quise ser tu amigo, pero los sentimientos no se controlan, claro que no-reí en silencio al recordar la vez que supe que Abby me gustaba, llegué a alterarme un poco, pero luego lo acepté, de hecho me sentí feliz por eso-me gustaba estar a tu lado, me sentía muy cómodo. Luego cada pequeño detalle me empezaba a llamar la atención, cuando ríes y tu nariz se arruga un poco, cuando suspirabas y vaya que lo haces mucho-reí nuevamente-me gustaba mucho cuando comes dulces, porque tus ojos brillaban y sonríes...tu sonrisa-solté el aire de mis pulmones.

La mire, ella mantenía su cabeza baja, su cabello suelto actuaba de cortina y no me permitía ver su rostro, quise acercarme, pero me contuve. Primero debía saber toda la verdad.

-Carajo. Amo tu sonrisa, es hermosa y genuina. Amo todo de ti...y yo...yo te...

-Detente, por favor-su voz nasal y entrecortada me alarmó. Ella lloró todo este tiempo, lloro en silencio.

-Abby-llamé.

-Quiero irme-pidió entre sollozos y me miró. Me sentí mal, al ver sus mejillas inundadas en lágrimas y con ello el maquillaje de sus ojos. Quise acercarme, pero ella se bajó del capó de un salto. Caminó lejos del auto y peinó su cabello hacia atrás, se veía agitada y cuando se acercó, su expresión abatida hizo presencia.

Se adentró al auto y buscó desesperadamente entre sus cosas. Desde el parabrisas puede ver cómo se iluminó el interior. Había sacado el celular y ahora estaba llamando a alguien. Solo asentía a lo que sea que escuchaba en línea.

No iba a detenerla, dejaría que se vaya si eso era lo que ella quería. Salió del auto con el pequeño bolso de mano y limpio con brusquedad sus lágrimas. Ya no sabía que decir, ¿qué se suponía que debía hacer? No quería acercarme porque temía que reaccionara mal.

Unos minutos más en silencio y me desesperaba. Llevaba todo ese tiempo mirando a Abby.

-Abby-murmuré bajo y esperaba que ella me escuchara. No recibí respuesta alguna, solo el viento soplando-Abby-volví a llamar y me acerque a ella, toque su hombro y ella lo apartó ligeramente. Me miró, ya no lloraba, el maquillaje se había corrido un poco en su rostro, pero no lloraba.

-No quiero verte-sorbió su nariz-no por ahora. Yo...necesito tiempo para pensar en todo esto.

-Lo siento -ella solo me miró y antes que nada un auto negro apareció frente a ella. Era el auto de Erick.

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